Autoría: Lucila Shmidt
El siguiente texto forma parte de un trabajo de análisis comunicacional de una coreografía de Rodrigo Pederneiras -interpretada por Grupo Corpo-. El mismo fue realizado por Lucila Shmidt en tanto integrante del grupo de estudio en Danza y Comunicación. En el fragmento extraído podemos apreciar, en particular, la aplicación de los conceptos de figura-fondo que tanto el pensador francés Maurice Merleau Ponty -retomando los conceptos propuestos por la Psicología de la Gestalt-, como los primeros teóricos de la Psicología de la Forma proponen para dar cuenta, el primero, de la noción de Perceción, y los segundos, del funcionamiento del pensamiento abstracto en el arte.
El siguiente texto forma parte de un trabajo de análisis comunicacional de una coreografía de Rodrigo Pederneiras -interpretada por Grupo Corpo-. El mismo fue realizado por Lucila Shmidt en tanto integrante del grupo de estudio en Danza y Comunicación. En el fragmento extraído podemos apreciar, en particular, la aplicación de los conceptos de figura-fondo que tanto el pensador francés Maurice Merleau Ponty -retomando los conceptos propuestos por la Psicología de la Gestalt-, como los primeros teóricos de la Psicología de la Forma proponen para dar cuenta, el primero, de la noción de Perceción, y los segundos, del funcionamiento del pensamiento abstracto en el arte.
Al realizar este trabajo de percepción, se me formó una imagen bastante particular: un pequeño cuadrado (como si fuera una cajita) dentro de otro apenas más grande que él, que a su vez estaba contenido por otro, y otro… y así sucesivamente. O para ser más clara: un juego de mamushkas, donde la más chiquita estaba contenida por montones de mamushkas hasta llegar a la más grande.
Otro ejemplo podría ser el de “hacer zoom” en una fotografía; así veríamos el detalle de la hoja del árbol que se encuentra allá, en el fondo, y si volviéramos el zoom hacia atrás veríamos que ese detalle en la hoja quizás no se percibiría (aunque sabríamos que está), pero sin embargo nuestra imagen habría cambiado.
Y ahora me llama la atención la sonrisa de mi hermana.
Y ahora me llama la atención la sonrisa de mi hermana.
Todas estas imágenes se me aparecen al pensar en la noción de figura-fondo, la cual comprendí con claridad al ver el video. Estos infinitos “cuadrados”, este zoom gradual encuentro al observar y hacer foco en distintos aspectos.
Comenzando por el fondo (y con éste me refiero a la escenografía, a la pared colorida) vemos cómo las formas que lo componen aparecen de manera superpuesta, entrando en contacto con otra distinta, de diferente color. Así encontramos, entonces, nuestra primera figura-fondo.
Si damos un pasito hacia atrás con la mirada, vemos que ésta se amplía un poco más y que nos encontramos entonces con cuerpos coloridos, ¡al igual que el fondo! Pero estos cuerpos se mueven, bailan, saltan y giran sobre una colorida pared. Aquí tenemos nuestro segundo figura-fondo.
Ahora bien, ¿qué pasa si nos enfocamos en esos cuerpos únicamente? Nos encontramos con nuestro ya tercer figura-fondo: líneas de cuerpos que se cruzan y superponen en el espacio, realizando distintas secuencias de movimientos, poniéndose en relación unas con otras, uniéndose por momentos el grupo como una totalidad, generando así una dinámica grupal, o diferenciándose cada cual por algo distinto. Vemos incluso que ellos mismos aparecen representados como integrantes de ese fondo, y con esto me refiero al sentido del vestuario: colores lisos y fuertes para las mujeres, colores combinados y variados en los hombres… justo como en la pared de la escenografía. A su vez, cabe destacar que las combinaciones en las calzas de los hombres está dada por todos los colores usados por las mujeres, como una forma de integración entre unos y otros, o incluso, como una totalidad.
Por otro lado, está la cuestión de la musicalidad, porque no toda figura-fondo es visual (aunque es más fácil percibirlo así). Con la música, entonces, sucede algo parecido: contamos con la melodía, que varía ocasionalmente y vuelve a repetirse, y a su vez contamos con un acompañamiento; es decir, con todo lo que sucede por detrás de esa melodía. Tenemos entonces una melodía (figura) y un acompañamiento (fondo).
Por otro lado, está la cuestión de la musicalidad, porque no toda figura-fondo es visual (aunque es más fácil percibirlo así). Con la música, entonces, sucede algo parecido: contamos con la melodía, que varía ocasionalmente y vuelve a repetirse, y a su vez contamos con un acompañamiento; es decir, con todo lo que sucede por detrás de esa melodía. Tenemos entonces una melodía (figura) y un acompañamiento (fondo).
De más está mencionar la constante relación entre música y movimiento, ya que éstos parecen responder a lo dictado por la música, ¿o la música parece responder a lo dictado por los cuerpos? De todas maneras, ambas pueden ser la figura o el fondo de la otra.
Ahora bien ¿qué pasa cuando me corro un poquito más y veo entonces que todo lo que observaba en el marco de un video, se encuentra enmarcado a su vez por una computadora, que se distingue negra sobre una pared blanca, sobre un escritorio de madera? y más aún, ¿qué sucede si cuando recorro con la mirada el espacio que me rodea, me encuentro con objetos? ¡Hasta me encuentro con mi papá! Y percibo además su respiración, su tos, el sonido de su teclado…
Parecería como si todo mi entorno creciera, y se hiciera más y más grande, según dónde perciba las cosas que voy a mirar, a escuchar… ¡y eso que no me di vuelta para ver si había algo ahí también!
¿No caemos, entonces, en esta sensación de zoom, de mamushkas, de cajitas dentro de cajitas? Al fin y al cabo, nos damos cuenta de las infinitas figuras-fondos que nos rodean, los infinitos focos posibles, los infinitos detalles, las infinitas relaciones posibles entre las cosas y, por supuesto, la relación entre nosotros, nuestro cuerpo, nuestra mirada, nuestro oído (y demás sentidos) con todas ellas.
En otras palabras (o en palabras de Merleau Ponty) nos percatamos de la totalidad del mundo (de su inmensidad también), y de cómo nosotros somos en y por nuestro cuerpo, de cómo percibimos y conocemos a través de él, y cómo éste es nuestra verdadera forma de relacionarnos con y por ese mundo.