Por Valentina Carnicero
El texto que sigue a continuación fue escrito por Valentina Carnicero en el marco de las actividades propuestas por el Taller Online El legado de ISADORA DUNCAN
Podría pensarse que la danza es una herramienta utilizada por la sociedad para su evolución y crecimiento, ya que es en el lenguaje del cuerpo y, como todo lenguaje, se encarga de expresar y comunicar; de esta forma logra expandir ideales, abrir los horizontes de pensamiento, evolucionar el entendimiento del humano, crear un impacto en la sociedad, desarrollar un quiebre en lo cotidiano, entre otros.
Yo creo que la danza libera al humano, transmite lo que calla, representa la autenticidad de su ser, deja hablar a su espíritu individual y desarrolla sus pensamientos con fluidez.
Permite que los sentimientos vuelen, se mezclen con el sonido, se detengan, entren a tu cuerpo, conversen con tu respiración y salgan; allí es cuando estas emociones se envuelven en tus piernas, recorren tus brazos, erizan tu piel, pasean por tu espalda hasta llegar a la cabeza, entran en tus oídos... y ese es el momento en el que te permitís escucharlos, hasta que los interiorizas y terminan en tu pecho, en tu alma y espíritu.
La danza habla por sí sola, ya que el movimiento corporal logra comunicar tanto sentimientos como pensamientos, por la principal razón de que es arte, y utiliza al cuerpo mismo como instrumento. Nos invita a ser nosotros, a conectarnos con la eternidad de nuestra naturaleza, a entender al espíritu como nuestro principio vital y a aprender como comunicarlo mediante el danzar.
