El texto que sigue a continuación fue escrito por Victoria Lopez en el marco de las actividades propuestas por el Seminario Online de Periodismo de Danza.
Fotografía / Gentileza Victoria Lopez
La actividad dancística vive una incertidumbre que no cesa desde el inicio de la cuarentena. En Rosario, la Asociación Argentina de Trabajadores de la Danza -AATDa-, manifiesta con preocupación el futuro de los cientos de bailarines y docentes que viven de la actividad. A pesar de la reapertura este lunes de los gimnasios y bares, el reinicio de clases es incierto.
Siendo de las primeras actividades que debieron bajar la persiana, producto del trabajo presencial y contacto físico que implica en determinados casos, sumado a que gran parte del público destinatario de los talleres y cursos son las infancias, sigue siendo desconocido el retorno para el sector.
Asimismo, imposibilitados de hacer producciones escénicas, los artistas de la danza son los más afectados tras la declaración de pandemia por el COVID-19.
En los últimos días circularon distintos rumores y, tras varias conversaciones, los gimnasios y algunas actividades físicas fueron finalmente permitidos. Pero la danza no corrió la misma suerte.
Ante esta situación, los miembros de AATDa Rosario han solicitado a la comunidad de la danza, la firma de un formulario para exponer la situación de la actividad en la ciudad y en la provincia, y la dilatación en negociaciones con las autoridades correspondientes.
Ante esta situación, los miembros de AATDa Rosario han solicitado a la comunidad de la danza, la firma de un formulario para exponer la situación de la actividad en la ciudad y en la provincia, y la dilatación en negociaciones con las autoridades correspondientes.
Si bien desde el sector optan por no movilizarse en la calle para presionar alguna decisión gubernamental, demuestran su preocupación y angustia generada como producto de la cuarentena que aún sigue vigente para las artes del movimiento.