LA CATALINA. DE MANUEL VALLEJO A ROSALÍA


 

CATALINA retrata a una persona angustiada y atormentada por los recuerdos, transmitiendo, a través de su letra, una sensación de desesperanza y desgarro, al punto de desear la muerte. Algunas metáforas, como "la mano fría", evocan el consuelo en la agonía y el dolor extremo por la ausencia del ser amado. La canción fue incluida en el álbum "Los Ángeles" (Rosalía, 2017), un disco que explora temas como la muerte y el duelo, considerada por la misma Rosalía como un disco de duelo.



Fuente - Pinterest


HISTORIA Y CONTEXTO

Aunque popularizada en los últimos años por la cantante española Rosalía, La Catalina es una canción escrita por Manuel Vallejo, y tiene un largo recorrido dentro del mundo flamenco. Grandes artistas de la talla de Isabelita de Jerez, Canalejas de Puerto Real o Naranjito de Triana la han incluido en sus repertorios. 



Manuel Vallejo (1891 - 1960)


Manuel Jiménez y Martínez de Pinillos, quien hizo universal el sobrenombre artístico Manuel Vallejo, nació en 1891, en una estrecha callejuela de la calle San Luis, Padilla, en el barrio sevillano de San Marcos, una de las zonas más flamencas de Sevilla​. El 7 de agosto conmemoramos un nuevo aniversario del fallecimiento de este genio del cante flamenco.

Su cante sabía a Sevilla

Antonio Mairena solía decir que la pureza era, entre otras cosas, el sabor al paisaje, y el cante de don Manuel sabía a esa zona de Sevilla y a esa época.

Manuel Vallejo fue galardonado con la II Llave de Oro del Cante en 1926. Vallejo supo interpretar todos los palos (piezas flamencas) con dignidad y altura, mostrando en todo momento su conocimiento en la técnica flamenca; fue muy popular en la etapa de la denominada ópera flamenca.

La Catalina de Vallejo

Se trata de un tema muy sentimental en el que se relata el sufrimiento que Catalina le causa a la persona que interpreta la canción. Un dato curioso es que "la china" que se menciona en la letra es la manera en la que, en aquella época, se apodaban a las criadas del hogar. La versión de Manuel Vallejo, grabada en 1926 bajo el sello Gramófono, registra esta canción como tangos, siendo el primer documento sonoro que conocemos. Únicamente escuchamos la voz de Vallejo y la guitarra de Miguel Borrull, acompañados de palmas y jaleos. La estructura es la siguiente:

VERSIÓN DE VALLEJO

1º. La canción comienza con una falseta punteada del guitarrista. La falseta consiste en una pequeña frase melódica que interpreta el guitarrista solo, con carácter improvisatorio sobre la armonía. 

2º. Primera estrofa del cantante.

3º. Estribillo. 

4º. Punteado corto del guitarrista. 

5º. Segunda estrofa. Es interesante señalar que la guitarra en este momento realiza una nueva falseta, acompañada de palmas y jaleos, al terminar la frase melódica del cantante. Estas palmas y jaleos envuelven a la grabación de un carácter festivo y cercano. 

6º. Estribillo final. 

AQUÍ podrás escuchar LA CATALINA, por Manuel Vallejo

Agradecemos al portal AFLAMÉNCANTE por su valiosa colaboración

RINGTONE

Brenda Angiel estrena su obra más personal. Una pieza atravesada por un humor sútil en la que se nos invita a reflexionar sobre el cuerpo, el paso del tiempo, los vínculos afectivos intrafamiliares y el legado intergeneracional, a partir y a través de la danza.

La artrosis de cadera que padece la protagonista dispara una reflexión sobre los límites del cuerpo, el deseo de creación y la continuidad como metáfora vital. Este dilema se encarna en un dúo con su hija, también bailarina, donde la escena deviene en una representación física del paso del tiempo y de los lazos intergeneracionales. En un gesto de honestidad escénica, la obra desarma el proceso creativo y la presenta como a una antiheroína de la figura tradicional del coreógrafo.

Ringtone se podrá ver todos los sábados a las 20 hs en Aérea Teatro a partir del 30 de agosto.


Fotografía - Mauro Dann


FUNCIONES

Sábados a las 20 hs

Aérea Teatro - Bartolomé Mitre 4272, CABA

Entradas por Alternativa Teatral


Duración del espectáculo: 50 minutos


Redes: @aerea_teatro @brenda_angiel @ringtonelaobra




Ficha artística y técnica:


Coreografía, dirección artística: Brenda Angiel

Bailarines: Guillermo Perez, Brenda Angiel, Sara Becker (su hija), Agustin Farfan, Celina Rodriguez, Agustín Salinas, Giselle Pezoa

Música: Beethoven, Sandro, Beltran, Bee Gees, Juan Pablo Arcangeli (composicion original y ediciones)

Textos: Brenda Angiel

Diseño de luces: Mauro Dann

Vestuario: Andrea Salzman 

Realización de vestuario: Luciana Cavalleti y Gabriela Vexin

Coreografía duo y solo Sara Becker: Becker-Angiel 

Asesoramiento dramatúrgico: Lizzie Waisse

Asesoramiento en dirección actoral: Sofía Scheffer

Edición de video: Camilo Ortiz / Filmación: Luca D´Alo y Pampa Brava / Actor de la filmación: Victor Hugo Morales / Locación: Consultorio Osteopatía Hernán Trotta / Estudio de grabación de voces: Pomeranec música y sonido/ Asistente general: Viviana Finkelstein Prensa y difusión: Daniel Franco Redes: Estudio O / Fotografías: Mauro Dann

Producción general: Brenda Angiel


Este proyecto cuenta con el acompañamiento de Fundación Santander Argentina a través del Régimen de Promoción Cultural (Mecenazgo) del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y de Prodanza Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. 

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BAILARINAS INCENDIADAS

Por Mariano Casas Di Nardo

IG @marianocasasdinardo



Fotografía - Woportillo


La escena no puede ser más under. Tres bailarinas con tutús y zapatillas parecen danzar enérgicamente uno de esos bailes que ruegan por lluvia, en el centro de un espacio que se completa con público intuitivamente sentado alrededor. En un costado, una tarima con una bandeja de sonido, hace de live set para un DJ (Agustín Fortuny), que también con un tutú, parece marcarle el tempo a la obra; y otro hombre (Matías Sendón) lookeado de un estricto luto (también con tutú), oficia de maestro de ceremonia, ordenando y priorizando.

Para un distraído, eso puede ser la antesala de una fiesta electrónica alternativa, pero para sus protagonistas, el preámbulo de una historia indignante, impune, olvidada y hasta germinal para el ballet espectáculo como hoy se lo conoce. Y en esta era de revisionismo histórico, hasta justa y necesaria.


Fotografía - Jorge Ullé


“Bailarinas incendiadas” podría haber sido una reveladora clase de universidad en la materia “Historia de la danza”, un libro o un artículo periodístico, pero en ninguno de esos formatos, hubiese alcanzado el impacto que genera ver a Carla Di Grazia, Tatiana Saphir y Luciana Acuña, moverse alienadamente bajo la atmósfera que recrean el juego de luces, la pantalla gigante, el humo y la música elegida para la ocasión. Esa intermitencia visual, acompañada de espasmos corporales, inmoviliza al público. Nadie ni siquiera parpadea, porque se está contando un drama, de la forma más sensitiva.  




Fotografía - Jorge Ullé



La obra performática, dirigida por Luciana Acuña y creada en conjunto con Alejo Moguillansky, cuenta la historia de las bailarinas que morían envueltas en llamas cuando el vestuario que lucían se prendían fuego por entrar en contacto con las chispas que se desprendía de las candilejas con luz de gas que iluminaban los teatros en los años 1840, en especial el de la Ópera de París. Uno de los casos más emblemáticos fue el de la bailarina Emma Livry, quien falleció ocho meses después de una cruel y devastadora agonía. 


Claro que contar esto no significa develar la trama, sino poner en contexto. La puesta en escena de “Bailarinas incendiadas” viene a documentalizar la historia de la manera más efectiva: con audiovisuales, monólogos introductorios, reflexiones personales, música en vivo y la danza como la expresión más cruda. No se verán los pasos sofisticados de “El lago de los cisnes”, “Giselle” ni “La Bayadera”, sino tres bailarinas exponiendo a las instituciones con sus implacables dogmas.



Fotografía - Woportillo



En el arte de Luciana Acuña, al parecer, no hay lugar a la improvisación, mucho menos a la ingenuidad del movimiento. Todo parece estar pensado hasta el detalle. Lo que hagan los cuerpos dice algo. Un mensaje encriptado que solo lee la emoción. Sus veloces y enérgicas coreografías encastran a la perfección, y si una de sus bailarinas da un paso, la otra inmediatamente ocupa ese vacío. Cual efecto dominó en loop, los cuadros parecen irradiar furia, enojo y hasta revancha. El eje es la denuncia y qué mejor que hacerlo con la grandeza de la excelencia física y la pregnancia artística.


“Bailarinas incendiadas” es visualmente urticante. Incómoda pero veraz. Con tres bailarinas que desde la depuración de su técnica cuentan las historias que las enciclopedias preferirían ocultar. Las de aquellas bailarinas que daban sus últimos pasos abrazadas por las llamas de la muerte y que hoy son homenajeadas de la manera más artística e hipnótica posible.



HIJO ÚNICO


HIJO ÚNICO, una obra de danza creada e interpretada por Lautaro Noriega, regresa a escena. Presenta un formato que integra la improvisación con la participación del público. Durante una hora, el bailarín improvisa con canciones que la audiencia elige antes de entrar a la sala. La música se mezcla en vivo, haciendo que cada función sea única.Como un bufón contemporáneo, el bailarín se entrega al público y transforma esa música en danza. El resultado es una performance donde nadie sabe qué sonará.


Fotografía - Gentileza de prensa


HIJO ÚNICO explora el vínculo con la mirada externa: ¿para quién hacemos lo que hacemos? ¿Por qué sentimos que no podemos parar? ¿En qué medida las opiniones de los demás condicionan nuestro deseo?



FUNCIONES

Jueves 21 y 28 de agosto / Planta Inclán: Inclán 2661

Domingos de septiembre / Área 623: Pasco 623





Ficha artístico-técnica
Intérprete: Lautaro Noriega
DJ: Galga TPK
Acompañamiento creativo: Endi Ruiz
Diseño de vestuario y escenografía: Sofía Paris Pisoni
Realización de escenografía: Pedro Tato
Diseño de iluminación: Ricardo Sica
Colaboración artística: Iván Haidar
Asistencia creativa: Sofía Paris Pisoni
Asistencia de dirección: Rocío Gómez Wlosko
Idea y dirección general: Lautaro Noriega
Duración: 60 minutos

HÁBITOS DE LIBERTAD

Por Melisa Rodríguez

IG @melirodriguez1812


Fuente: Pinterest


La libertad es una cosa compleja y confusa. La verdadera libertad no es simple ni sencilla. Se mueve liviana, y es difícil reconocerla y conseguirla. Justamente por eso, por ser libertad, no se dejará atrapar jamás.

Ella sólo camina. No se siente perseguida o amenazada. Ella sólo va. 

A la libertad no se la consigue; se la encuentra, y ese encuentro con ella se da cuando, de vez en cuando, caminamos junto a ella. Allí nos sabemos libres, cuando caminamos a su lado, cuando la miramos a los ojos, cuando permitimos que esos ojos penetren nuestra alma.

El problema lo tenemos cuando creemos que somos libres y que perdurará por siempre. Eso no será posible, porque las cosas que hacen que nuestro cuerpo y alma vibren y resuenen con la libertad, son efímeras; son por un momento. No llegaremos a ser total y verdaderamente libres porque siempre estaremos condicionados por algo, por alguien, por nosotros mismos. 

Por todo esto, lo fundamental, la gran revelación,  la enorme misión y tarea en esta vida, es llegar, al menos una vez, a mirar a la libertad a los ojos. Encontrarla en el camino y dejarnos encontrar por ella.

Se producen, entonces, momentos de lucidez durante los cuales nuestra inteligencia se manifiesta con tan sólo identificarla, para sacar de este encuentro, el mejor provecho.

Y a no ser ilusos, porque ese encuentro no será de una vez y para siempre, sino que ocurrirá esporádicamente, en la medida en que lo permitamos. Si nuestra voluntad y lucidez están iluminadas, y si tomamos la decisión de caminar siendo libres, los encuentros serán cada vez más frecuentes y podremos caminar más livianos.


LA SABIA PRESENCIA DE LO QUE ES ETERNO

Por Ana González Vañek




Son pocas las obras que nos atraviesan. 

Y no porque atravesar sea la particularidad discursiva de una puesta en escena, sino porque algunos trabajos son capaces de interpelar el núcleo originario de toda construcción relacional.

Estoy acá sin fin, de Leticia Coronel, es una obra teatral creada para su hija, Amanda, a modo de legado artístico y personal, que trasciende las limitaciones del espacio y el tiempo. 

Con las maravillosas interpretaciones de Nazarena Amarilla, Maira Annoni, Blanca Anzoategui, Damiana Gamarra, Jennifer Romina Hernández y la misma Leticia Coronel, la pieza construye una escena donde pocos pero necesarios objetos, acompañan a la perfección distintas dinámicas vinculares entre madres e hijas, que se desplazan y resignifican, poniendo de manifiesto los intersticios más finos de cada experiencia.

La sabia presencia de lo que es eterno, envuelve a esta pieza con un aura de dolorosa dulzura que nos lleva, indefectiblemente, al encuentro con nuestrras propias emociones, como todo lo que ha sido concebido con la intención de perdurar.

Cabe destacar el trabajo corporal de las actrices que, junto al diseño musical y de iluminación, intensifica la experiencia perceptual de una obra emotiva y radicalmente honesta, e interpela al espectador con profunda sensibilidad para hacerlo partícipe de un sendero, tan único en su esencia inalterable, como diverso.

Un interrogante abrirá muchos otros, en las infinitas resonancias que nos brinda este hermoso trabajo: ¿Es, acaso, posible, vivir sin dolor? 

Estoy acá sin fin, es una invitación al encuentro con las propias vivencias, y al recuerdo inevitable de una melodía sagrada que, tanto en lo individual como en lo colectivo, nos atraviesa y constituye. 

Recordar significa, etimológicamente, volver a pasar por el corazón.

Aplausos de pie, con profundo agradecimiento.



FUNCIONES

Viernes a las 20 hs

Dónde: Galpón de Guevara

Dirección: Guevara 326, Chacarita

Entradas: $18.000

Duración de la obra: 80 minutos


Redes: https://www.instagram.com/letcoronel/




Ficha artístico técnica


Actrices y creadoras escénicas: Nazarena Amarilla, Maira Annoni, Blanca Anzoategui, Damiana Gamarra, Jennifer Romina Hernández, Leticia Coronel | Músicos en escena: Diego Demarchi, Sofía Drever y Camila Reboratti | Dirección de arte: Uriel Cistaro | Diseño de vestuario: Uriel Cistaro | Fotografía: Nora Lezano | Diseño audiovisual: Alonso Gil Gil | Diseño gráfico: Manuel Mateu | Diseño de iluminación: Paula Fraga | Prensa: Daniel Franco | Redes: Lucrecia Benavente | Producción ejecutiva: Leticia Coronel, Damiana Gamarra, Manuel Fuster y Jennifer Romina Hernández | Asistencia coreográfica: Maira Annoni | Asistencia de dirección: Manuel Fuster | Dramaturgia y dirección general: Leticia Coronel

PRESENCIA

Por Sofía Caballero

Ig @_caballerosofia


Fuente: Pinterest




La vida vibrante nos va 

transformando al caminar

Cuerpo, mente y alma en presencia

En la danza nos abrimos a la vida

y la vida, nos va abriendo

En el movimiento emergen 

los pensamientos, las ideas, 

los deber y creer ser.

Pasado, presente y futuro.

Todo eso, en un ir y venir constante.

Al danzarlos, es como si una ola fresca

de energía, pasara por ellos, 

aportándonos nuevas formas de ver, de pensarse,

de mirarse y mirar al otro.

De VER el mundo (en presencia).

Mundo que nos está llamando

para darle amor y abrazarlo

con mucha presencia y calidez.


VEO

Por Melisa Rodríguez

IG @melirodriguez1812


Fuente: Pinterest



Veo azul y verde. Veo sol. Veo frio. Veo danza. Veo sayal.

Veo música. Veo lo que se va, también lo que vuelve.

Veo blanco, negro y de color.


Veo ángeles que caminan. Veo gente volando. Veo manos que corren. Veo alas en mis pies.


Veo al Creador en personas y, a veces, más cosas de las que quiero ver.


Veo que no veo lo que quiero si no hablo los ojos para ver.


Veo que no todo lo que veo es cierto, pero lo veo, y si lo veo hay luz.


Veo que la luz no define, pero marca. Devela. Aclara.


Lo claro lo veo. Lo oscuro también.


Veo las manchas que dejo. No siempre veo cómo limpiarlas.


Veo el horror y la fatiga, pero veo la alegría de lo simple.


Veo lo genuino de mi alma en lo que, al irme, se queda conmigo.


Veo la batalla del proyecto del caos: negro y blanco. Gris: el cosmos.


Veo y aprendo que el gris no es tibio. Es postura. A veces, sabio.


Veo que ser sabio no es imposible si se es verdaderamente libre.


Veo que el amor nos libera cuando aprendemos a amar desde el amor.


Veo que la libertad es mucho más que cortar una cadena. Veo cadenas que unen, otras que separan.


Veo formas que integran. Veo almas que se unen desde su integridad.


Veo cuerpos bailando.


Veo manos que se mueven. Piernas que caminan. Ojos que dicen y oídos que sienten.


Veo la danza en todas partes:


El que no baila con su cuerpo, lo hace con su voz.


Otros con su llanto.


Otros con su pluma y el papel como escenario.


Otros con su alma y otros tantos, soñando.


Veo la vida misma como una danza:


Armonía de música y movimientos. Tensión, intensidad, silencio.


Posturas, pasos (nuevos y viejos).


Maestros, escenario, personajes, entorno y contexto.


Veo que todos bailamos.


Las cosas bailan. La naturaleza baila y Dios, a través nuestro.


Veo al que crea la música desde su silencio.


Veo tantas cosas. A veces no querría verlo.


Pero si de elegir se trata, elijo hacerlo.


Veo. Siento. Descanso. Bailo. Sueño. Aprendo.