La siguiente entrevista fue realizada por Sol Amarillo en el marco de las actividades propuestas por el Seminario de PERIODISMO DE DANZA.
Por Sol Amarillo
Por Sol Amarillo
Fiorella Armando es una joven bailarina que ganó una beca para estudiar Ballet en Nueva York.
Fotografía / Majo Casacó
Fiorella Armando es oriunda de Bella Unión, una ciudad pequeña al norte de Uruguay en donde a la edad de 4 años tuvo su primer contacto con la danza en Ritmos Latinos. Más tarde llegaron el Ballet y el Jazz, y luego la Danza Árabe. A los 14 años y sin una idea muy clara sobre cómo es ser bailarín profesional, se dio cuenta de que bailar profesionalmente era lo que quería para su vida.
A la edad de 18 años se mudó a Montevideo para comenzar a estudiar una carrera en la Facultad de Ciencias en la Universidad de la República del Uruguay, donde comenzó, paralelamente, su profesionalización en la danza. Debido a su edad ya no era posible acceder a la formación de Danza Clásica en la Escuela Nacional del Sodre, pero felizmente el Sodre creó en esos años una nueva formación en Danza Contemporánea. Fiorella audicionó y fue seleccionada para estudiar contemporáneo allí. También comenzó a tomar clases de Ballet en una escuela privada con el método cubano de Ballet Clásico. De esa forma tuvo la oportunidad de incursionar, en ambas escuelas, en el mundo que ella soñaba.
Hoy, a sus 23 años, se encuentra estudiando Ballet Clásico en Vassiliev Academy of Classical Ballet en Nueva York, tras haber sido seleccionada y becada para especializarse como bailarina de Ballet Clásico.
Tiempos difíciles y nuevos comienzos
SA: -¿Cómo respondieron tus familiares cuando les contaste que te dedicarías a la danza?
FA: La respuesta no fue positiva; por mucho tiempo fue difícil llegar a un entendimiento y convencerlos de que realmente yo lo consideraba mi camino. Principalmente porque su respuesta fue desde el miedo y un poco quizás, la frustración. Mis padres se imaginaban otro futuro para mí, pero a pesar de eso, siempre y en toda situación de mi vida, estuvieron conmigo. No era que no tenía su apoyo pero no era lo que querían para mí hasta que me seguí involucrando y lo fueron entendiendo; se fueron dando cuenta de que había más oportunidades de las que ellos pensaban y que yo estaba dispuesta a buscarlas. Entonces, ahora y en este momento, siento que me apoyan sin condición, pero por mucho tiempo fue complicado y difícil que nos pudiéramos entender y yo tener su apoyo.
SA: ¿Cómo ves la danza en Uruguay?
FA: Pienso que es un ámbito que está creciendo muchísimo en cuanto a las oportunidades, a la valoración social y en lo cultural. Es un espacio con mucha gente que se dedica a la profesión, con mucho conocimiento y con trayectorias increíbles. Pero sí me pasa que siendo del interior, noto que las oportunidades y la gente que se dedica seriamente a la danza (además de todos los eventos) están en la capital. Si bien en el interior hay cosas, siempre está el proyecto por descentralizar pero es algo que no se ha logrado aún. También ahora se están creando más carreras, por ejemplo, la de la Universidad de la República del Uruguay sobre investigación en danza, que está abriendo muchas puertas en el área; hay más colaboraciones y se involucra a la sociedad. Está creciendo muchísimo.
Sueños y una increíble oportunidad
SA: ¿Qué significa para ti estar hoy estudiando ballet en Nueva York?
FA: Estar aquí significa una oportunidad única; por mis circunstancias en Uruguay yo no podía acceder a un entrenamiento de este tipo. Es compartir con gente que tiene historias muy diferentes, de culturas, entrenamientos diferentes y en todo sentido. Es un entorno muy motivador, te abrís a muchas posibilidades de trabajar en lo que te gusta. Es increíble.
SA: ¿Cuáles son tus planes a futuro?
FA: Mi plan es poder ingresar a una compañía o bailar en compañías de danza clásica y/o contemporánea. Y obviamente me interesa abrirme, más a futuro, a lo coreográfico, y a enseñar. Como propuesta personal me interesa el modelaje fotográfico de danza y la investigación en danza, debido a que me involucré un poco con la biomecánica cuando estudiaba en la Facultad de Ciencias. Y en cuanto a lugares, no me interesa radicarme en Uruguay, me gustaría establecerme acá en Nueva York o buscar oportunidades en otros lugares donde siento que hay más oportunidades. Sin desmerecer a la danza en Uruguay, pero en cuanto a posibilidades de trabajo en danza, siento que hay más posibilidades de expansión en otros lados.
SA: ¿Qué entiendes por comunicar a través de la danza?
FA: Siempre estamos comunicando algo, expresando, de cualquier manera en la que ejecutemos la danza, ya sea como intérpretes, enseñando, por medios audiovisuales, etc. La danza es una manera de expresar, además muchas veces comunicamos cosas de las que no somos tan conscientes, en el sentido que no solamente expresamos lo que estamos sintiendo sino que también cada tipo de danza ya tiene una carga por su historia, por su técnica, por el entorno en el que surgió, y nosotros todo eso lo llevamos en el cuerpo cuando lo asimilamos. Y a la vez, cada persona también tiene su propia reserva de todo lo que vivió, lo que es y lo que nos hace a cada uno, y eso se expresa. La danza es una forma de comunicar.-