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Fotografía / Gentileza Susana Claramunt
Bailo, luego existo es la historia de una experiencia reveladora. Descartes dudó de todo con el propósito de
encontrar una idea realmente verdadera. Dudó, hasta derrumbar su mundo, y lo único que le quedó en pie fue la
certeza de que él estaba allí, él existía, detrás de toda duda. Su primera verdad fue: yo pienso, luego existo.
Apropiándome de esta estructura, formulo la verdad que sostiene mi mundo: ”Bailo, luego existo”.
Me acerqué hacia mi única guarida, ese lugar seguro donde no se necesitan certezas puesto que no hay espacio
para la duda, allí donde soy recibida y escuchada para tomar conciencia de mi existencia, visité a mi gran
maestra: la Danza. La que se expresa a través de mi cuerpo, la que juega con las dinámicas, con el tiempo, con
las formas, la que recorre los planos del espacio y vive dentro del eterno romance del aquí y ahora.
Carl Gustav Jung decía: “Sigue aquella voluntad y aquel camino que la experiencia te confirma como tuyo y que
es la verdadera expresión de tu individualidad”.
Recorriendo uno de los tantos meandros de este camino fue que realicé la experiencia pedagógica que será
el contenido de este trabajo.
Esta experiencia sucedió en La Casa del Niño y el adolescente en el C.E.P.A., con el objeto de acceder a la docencia.
La propuesta de este curso no tenía que ver con la danza, su objetivo estaba centrado en la promoción
de la lecto-escritura de los niños que asisten a esta institución de educación no formal del ámbito socio-cultural.
Sin embargo, tomé de la mano la propuesta y supe exactamente hacia donde dirigirme, y la danza fue el motor
del aprendizaje.
Para estos chicos la verdad de Descartes también tiene correspondencia en varios niveles, pues la posibilidad
de desarrollar las competencias lingüísticas significa para ellos la oportunidad de acceder al mundo: escribir
para existir, leer para imaginar... otra realidad posible, pensar para salir... de la Villa por ejemplo, escuchar...
un cuento para soñar.
Por transferencia, si bailar es existir, y leer y escribir es existir, entonces bailar para escribir, para sentir, para
soñar, para escuchar para existir.
Por esto enmarco mi experiencia pedagógica como innovadora, pues les enseñé a escribir bailando.
¿Los bailarines al frente de un grado? Sí, Comunicándonos con el cuerpo transitamos por lugares efectivos
y afectivos. Poseemos recursos, estrategias y capacidad de resolución de problemas, de improvisar o de
cambiar un rumbo.
Fotografía / Gentileza Susana Claramunt
Bailamos y creamos nuestro mundo, sus personajes sus historias y situaciones y lo más importante que construimos
fue un vínculo afectivo en el cual pudimos sentirnos “Uno”.
Días atrás leía una inscripción en el estudio de danzas Gurkel-Lederer, de la gran maestra Paulina Ossona,
quien nos ha dejado hace muy poco y quisiera compartir sus palabras con ustedes, paulina decía mas o menos
así:...”la danza nos da la posibilidad de compartir con los otros un momento Superior”.
Creo que de esto se trata, y quisiera que este mensaje llegara a todos mis compañeros, los que aún no hemos
trascendido en este camino, a los que aún seguimos siendo alumnos, porque sentimos que todavía tenemos
mucho por aprender, los que lejos de ser los bailarines perfectos, seguimos tozudamente, simplemente porque
amamos la danza y esto nos habilita para pertenecer a su mundo, a pesar de los 4, los 5, a los que aunque
seamos “cerrados” igual sabemos que hemos nacido para bailar.
La Casa del niño y el adolescente
Esta institución recibe niños de entre 6 y 12 años de edad, funciona desde 1994 en la villa 21 de la ciudad de
Buenos Aires. Y es un proyecto de Desarrollo Social, correspondiente a la Dirección de Niñez y Adolescencia, quienes
son promotores de los derechos del niño, entre los que subrayo: el acceso a la educación, a la salud, a la documentación.
Cuenta con un equipo de docentes, psicólogos y asistentes sociales quienes hacen un seguimiento
integral del niño, les brindan poyo escolar y crean vínculos con la escuela, les brindan el desayuno y realizan
actividades educativas y recreativas.
Problema
El grupo con el que trabajaré está conformado por chicos de entre 6 y 8 años de edad, en pleno proceso de
aprendizaje de lectura y escritura, con dificultades específicas asociadas a este proceso, acentuadas por su
situación sociocultural, la que los excluye muchas veces en su acceso a la cultura con respecto a niños de otros
ámbitos. Niños que a veces concurren a esta institución simplemente para jugar en compañía de un adulto,
pues estamos en presencia de una niñez transfigurada, en donde hasta jugar parece una pérdida de tiempo,
ya que muchos de ellos deben trabajar desde pequeños. Lo que es claro es que estos niños tienen el mismo
potencial para aprender, las mismas ganas y curiosidades, se muestran abiertos y expectantes a recibir y esto
me impulsa a buscar las mejores estrategias de enseñanza para ellos.
Algunas dificultades que detecto al realizar el diagnóstico del grupo son las siguientes:
-Negatividad y desgano general a la hora de escribir.
-Dificultad para distinguir los sonidos que componen las palabras.
-Falta de práctica motriz al escribir en letra cursiva.
-Problemas para diferenciar letras minúsculas de mayúsculas.
-Dificultad para reconocer dentro de una oración las distintas palabras.
-Excesiva timidez en algunos niños, que leo como producto de una baja autoestima enraizada en una situación social determinada.
-Niños con una coraza agresiva, que leo como modelo, producto de una necesidad de autodefensa.
-Dificultad para distinguir los sonidos que componen las palabras.
-Falta de práctica motriz al escribir en letra cursiva.
-Problemas para diferenciar letras minúsculas de mayúsculas.
-Dificultad para reconocer dentro de una oración las distintas palabras.
-Excesiva timidez en algunos niños, que leo como producto de una baja autoestima enraizada en una situación social determinada.
-Niños con una coraza agresiva, que leo como modelo, producto de una necesidad de autodefensa.
Enfoque
Creo que para apoyarlos en la superación de estas dificultades tengo que focalizar no sólo en lo pedagógico
específico, sino también tejer finamente una malla de sentidos, un tejido simbólico, combinando teoría, práctica,
emoción, placer, espíritu, raíz, afectividad, fantasía, con mucha intuición y compromiso de mi parte. Comenzar
por un reconocimiento profundo de las letras y desde distintos lugares perceptivos: trabajar la forma
desde lo visual al fabricar y copiar las letras del abecedario; desde el tacto al realizar las letras en volumen,
con una carga afectiva dándole a cada letra un color y un sonido para lograr una mejor identificación de cada
una de ellas y desde lo corporal bailando o imitando la forma de las letras con el cuerpo. Esta concepción del
trabajo me llega a partir de experimentar los contrastes propuestos en sensopercepción, y todo el material
que esta cátedra del I.U.N.A nos acercó sobre las nociones fundamentales, como así también la teoría de las
inteligencias múltiples.
Pensé actividades para estimular en ellos el deseo por comunicarse hablando, bailando, dibujando, escribiendo,
cantando. Pensé en lograr un espacio para que el grupo se conozca desde otro lugar y se escuche entre sí.
En cada encuentro abordé la temática desde lo artístico para desde allí aterrizar en las palabras. Busqué
darles “algo” para contar, en primer lugar, para luego enseñarles “como y con qué contarlo. Progresivamente
pasar a la formación de palabras ligadas a la historia de algún cuento, como ser los nombres de los personajes
o enunciados de distintas escenas del cuento.
Estas experiencias lúdicas, artístico-expresivas predisponen a los chicos favorablemente hacia la lecto-escritura,
como un desenlace natural de las actividades y no como sucede a veces de forma impuesta, como
nos dice Foucault que sucede en aquellos lugares que él bautizó como “instituciones de secuestro”: escuelas,
fábricas u hospitales, en donde la camisa de fuerza social disciplina el cuerpo para una apropiación total del
tiempo del ser humano a favor de la productividad controlando al hombre, pasando a ser éste el principal
objeto de conocimiento, Saber sobre él, para Poder sobre él. El poder que necesita saber para legitimizarse
y retroalimentarse.
Mi formación en educación artística desde la escuela media y terciaria hace que mi enfoque sea netamente
artístico y humanístico.
Cada teórico que llega a mis manos que piensa en el arte como vía de educación para el hombre, como terapia,
como potencial del desarrollo humano, me trae luz a mis dudas y comparto con ellos las preguntas y los
problemas, acercándome cada vez más a certezas de que éste es al menos uno de los caminos, el cual transito
hace años y me siento habilitada para invitar a otros a conocerlo.
Básicamente esto intenté en el proyecto que desarrollé en la del niño, ampliar las experiencias de los chicos
en lo artístico expresivo, para darles perspectivas y pensamientos nuevos, que les sirvan a los chicos de apoyo
en su desarrollo integral como personas.
Citaré algunos textos que fueron de apoyatura en mi tarea: Eisner, en su ensayo: “Miradas al arte desde la
educación”, nos dice que las artes son una forma especial de experiencia, y describe los modos de pensamiento
que las artes evocan, desarrollan y afinan, formas de pensamiento que obligan a dar juicios en ausencia de
reglas, animan a los estudiantes y a los maestros a hacer propósitos flexibles y a concebir metas que pueden
cambiar a lo largo de un proceso, permiten reconocer la unidad de forma y contenido y pensar en los alcances y
límites de un medio que se elige usar. Él sostiene que educar con una perspectiva artística, dando importancia
a la exploración, a lo imaginativo, a la calidad del proceso y no a la velocidad, acercará a los estudiantes la
capacidad de advertir opciones nuevas en la resolución de los distintos problemas y que las formas de pensamiento
que estimulan las artes son más apropiadas para el mundo en el que vivimos que las ideas rígidas y
cuadradas en que hoy piensa en general la escuela.
Eisner nos lleva a reflexionar sobre la variedad de medios que utilizamos para ayudar a los niños a ser inteligentes,
y bueno, creo que teniendo a nuestro alcance un medio como el arte, está muy bien ofrecérselo a los
chicos.
Flavia Terigi, en “Artes y Escuela”, también habla sobre la función del arte, se apropia de las palabras de Eisner
y cuenta:
- Una función del arte es ofrecer un sentido de lo visionario en la experiencia humana.
- Funciona como un modo de activar nuestra sensibilidad, ofreciendo el material temático a través del
cual pueden ejercitarse nuestras potencialidades humanas
- El arte vivifica los concreto, articula nuestra visión del mundo y captura el momento
- Las obras de arte sirven para criticar la sociedad en la que son creadas, presentándonos metáforas a través
de las cuales se transmiten ciertos valores.
- Nos transporta, también, al mundo de la fantasía y el sueño.
- Llama nuestra atención sobre los aspectos aparentemente triviales de nuestra experiencia.
- Produce afiliación mediante su poder de impactar en las emociones y generar cohesión entre los hombres.
Otro texto que me marcó mucho fue el de “Frankenstein educador”, de F. Merieu, este texto es una gran re-
flexión sobre el acto de enseñar en donde no estamos fabricando un otro, añadiendo pedazos de conocimientos
muertos, enciclopédicos, con la pretensión de que un día como por la acción de un rayo todo esto cobre
vida, como en la historia de aquel pobre Frankenstein, creando un verdadero monstruo, incapaz de pensar
por sí mismo y no apto para vivir en esta sociedad, marginado, excluido, resentido. Este texto me concientizó
a pensar en el “otro” a la hora de pensar alguna actividad, ver de qué manera tendrá interés para los que la
recibirán o les brindará algún significado. Me acercó la pregunta sobre cómo actualizar el conocimiento.
Me desvío de mi terreno para reflexionar junto a ustedes sobre esto. Dicen que aunque nos sumerjamos en
un mismo lugar de un río las aguas jamás serán las mismas, pues el torrente tiene una corriente continua de
movimiento. Sumerjamos nuestras clases de danza en esta corriente de cambio, en este río en movimiento,
mantengamos la danza viva, no la ahoguemos en un río de aguas estancadas, repitiendo los mismos movimientos
en secuencias que se repiten durante todo un cuatrimestre.
Volviendo a mi fundamentación de por qué el arte a la hora de enseñar: el arte es una experiencia grupal,
compartida, lo que ayuda a sortear conflictos de comunicación que a veces son irresolubles en el aula, y aporta
otras miradas a las situaciones. Tal vez, Javier no sabía escribir bien, pero... Que bien bailaba!, o como en el
caso de Néstor (que dice ser el presidente por llamarse como él), siempre le costó dibujar pero hoy nos canta
y nos deslumbra, así descubre en él algo particular, único y supera aunque sea momentáneamente ”Profecías
de fracaso”.
Frente a la discusión sobre si el arte es un lujo o sólo un saber inútil, me cobijo en Foucault, con el que decididamente
acuerdo en su noción de “Saber_Poder”, llevándome esto a la conclusión de que el tener acceso a la
información y a la educación es un derecho de todos los chicos, y esto está deliberadamente manejado en la
sociedad de hoy día, en donde los accesos a la cultura no son para todos iguales. Por esto, incluir la danza en
un proyecto de estas características me parece muy importante, tal vez sean pocas las oportunidades de estos
pequeños de acceder a la danza, ya sea como intérpretes, como espectadores o como recurso.
Terigi expresa algo que concuerda con esto al hablar sobre el curriculum: dice que éste expresa la visión que
los grupos dominantes sociales tienen de los que es representativo de su cultura y es digno de ser transmitido,
este dominio se expresa también en las políticas educativas y en los presupuestos. Esto con respecto a la
falta de arte en los diseños curriculares, en contraposición con la educación elitista, que tiene al arte como un elemento de lujo y representativo del “hombre realmente culto”.
Objetivos
> Potenciar la conciencia lingüística de los chicos.
> Ampliar a través del arte el campo de experiencias comunicables.
> Aprender reglas de composición jugando.
> Despertar el placer de escribir en los chicos.
> Despertar el placer de comunicarse en los chicos.
> Posibilitar la representación de otros mundos.
> Vivenciar el lenguaje desde diferentes expresiones.
> Profundizar la observación consiente en los chicos.
> Relacionar los objetos conocidos del mundo, hacerlos propios, nombrarlos, escribirlos y recrearlos a través
del arte.
> Crear un vínculo afectivo en la situación de enseñanza-aprendizaje.
Trabajo presentado en el I Congreso de Artes del Movimiento
UNA (Universidad Nacional de las Artes, Argentina)
Susana Claramunt. Maestra Nacional de Danzas Clásicas, Escuela Nacional de Danzas Nro. 2. Estudiante de la Licenciatura en Composición Coreográfica, mención Danza teatro, en el Departamento de Artes del Movimiento “María Ruanova”, IUNA, y de Filosofía, UBA. Maestra del Taller de danza para niños, Colegio de la Reconquista, Tigre; Maestra de Danza, Escuela Nro. 24 D.E. 18, Ciudad de Buenos Aires; Maestra de Danza contemporánea, Centro Cultural Trivenchi; Tallerista de la 9na. Convención nacional de teatro y circo callejeros.