Por Irene Maselli
IG @shahmara.sacred.dance
Quisiera presentarles hoy, con humildad y respeto hacia la Gran Verdad, este escrito sobre el nacimiento del Chamanismo, a través de la danza.
Se cree que el Chamanismo nace en Asia central y septentrional a través de las mujeres. Antiguamente, éstas se reunían en círculo a celebrar los ritos, y actuaban en conjunto, así como antaño nos reuníamos todas las mujeres a celebrar la llegada de nuestra sangre durante la menstruación. Al ser las portadoras de los misterios de la vida, me parece válido decir que somos las predilectas para el contacto puro con la fuente y la divinidad. Así como lo decía una mujer medicina del pueblo Cree de Canadá: “las mujeres, según el Chamanismo, somos la vasija (útero) en donde reside el Poder. Los hombres toman de nosotras el Poder para convertirse en chamanes”.
Hasta hace 5 mil años, antes de la llegada del patriarcado, éramos el puente entre los mundos, entendido como rol social y tribal, si bien no todas las mujeres en sí eran chamanas. Después, los hombres pasaron a ejercerlo, y la figura del chamán se volvió solitaria y con cuernos o cabezas de animales, como lo muestran algunas pinturas rupestres y relieves en cavernas.
Quisiera ahora centrarme en la definición de Chamanismo y la visión de Mircea Eliade sobre ello. La palabra “Chamán” tiene varias raíces; nos quedaremos con la terminología tungusa SAMÁN que tiene en su raíz SHA (saber) y deriva, a su vez, de otra palabra china, de terminologia budista, india, etc. Pero en general, en las lenguas turco-tunguses significa “El que sabe”. Estos pueblos habitaban el Asia septentrional (Siberia, China, Mongolia, etc) y después pasarían a influenciar el Asia central.
La figura del chamán era la del sanador, principalmente, y combatía “demonios y espíritus” que causaban la enfermedad (lo que entendemos hoy por virus, bacterias, microbios, etc). Ya al inicio de la dinastía Zhōu del Este, en el Imperio chino (770 - 256 A.D), la figura del chamán y la del médico se separan oficialmente, por lo que la medicina tradicional china viene, en su origen, del Chamanismo (retomaremos el punto más adelante).
El fenómeno del Chamanismo se da en varias partes del mundo, mas no cualquier “medicine-man” o curandero podría serlo, ya que necesitaría de características específicas como el estado de éxtasis, el dominio del fuego y del vuelo hacia los reinos celestiales e infernales, además del control sobre los espíritus. Por eso vamos a centrarnos en esta región del mundo.
Se cree que el génesis de este fenómeno nacería en la constelación de la Osa mayor. Las mujeres ‘viajaban’ con sus espíritus hacia ella, a aprender de las entidades celestiales que la habitaban, y tomar así el conocimiento de las prácticas chamánicas que conocemos hoy en día. Para ello, se servían de una danza ritual.
He aprendido, a través de mi experiencia, que la vida nos sirve de la información y las enseñanzas que pedimos cuando estamos preparadas para recibirlas. Entonces, a veces dejo decantar mis estudios y lecturas, convencida de que una mañana cualquiera, puede aparecer la respuesta que esperaba. Así me sucedió hace algunos años, cuando llegó a mí una publicidad sobre el “Qi Gong de la Osa mayor”. A través de esa pista, pude descubrir la porción de teoría faltante en el hilo de la historia.
Compartiré, superficialmente, cómo nuestras ancestras viajaron al cielo y trajeron a la tierra, el conocimiento y el poder que las convirtió en chamanas.
El QI Gong es una de las artes de la medicina tradicional china. Consta de una serie de movimientos, respiraciones e intención que permite el fluir del Qi o energía vital a través de los 72 meridianos energéticos del cuerpo humano, para restablecer el equilibrio y la salud. Historiadores y antropólogos afirman que deriva del Chamanismo, ya que vasijas del período neolítico de la cultura Majiayao de hace 7 mil años, y pinturas rupestres, muestran a hombres ejecutando patrones de danza. Otras danzas muestran invocaciones a los dioses y movimientos exorcistas.
El Da Wu o Gran Danza, es un tipo de Qi Gong con forma de danza que se utilizaba para curar el estancamiento de líquidos y energía del cuerpo, que producía rigidez y dolor en las articulaciones. La manera grácil, dócil y pausada de practicarlo, lo convierte claramente, en una expresión femenina y artística, si bien puede practicarse por ambos sexos. Éste es uno de los legados del Chamanismo al Taoísmo y a la medicina tradicional china.
Las chamanas mujeres destacaban en las sociedades de la antigua China, Japón y Corea. En esta última, el rol del chaman es casi completamente femenino por tradición. A través de cantos, sonidos, danzas rituales y oráculos, las chamanas llamadas Wu traían equilibrio o alteraban el destino de las personas o la naturaleza siendo un puente entre los mundos. Ellas eran las predecesores del Taoísmo y todas sus prácticas.
La danza de YU:
Eva Wong explica en su obra El Taoísmo:
«Yu es un legendario chamán que vivió durante las primeras dinastías chinas, aproximadamente unos 2000 años a.C. Yu viajó frecuentemente a las estrellas para aprender de los espíritus celestiales a través de su danza. El Paso de Yu fue una poderosa danza que llevaba a Yu hasta el cielo y que aún se conserva en algunos textos taoístas. Generaciones enteras de sacerdotes taoístas, de místicos y hechiceros han ejecutado esta poderosa danza. Actualmente siguen ejecutándola algunos practicantes de Qi gong.
Y éste sería, en concreto, el Qi Gong de la Osa Mayor.
La práctica describe a la constelación a través de pasos en el suelo que dibujan su forma, transportando al danzante hacia las luminarias. A través de la espiral descrita, se inicia desde el exterior hacia el interior viajando hacia la estela Polaris y la O.M (Osa Mayor). Es prácticamente un mapa para volar a través del cielo.
Los pasos de la derecha son los “escalones de la escalera celeste”, a través de los cuales el danzante se elevaba hasta el cielo. La traducción aproximada de los caracteres es: “Método para recorrer la tierra y volar en el cielo”. El maestro Wang Ming Quan explica que esta práctica fue creada para entrar en relación y armonía con el movimiento del sol, la luna y las estrellas.
A la estrella Polaris se la considera inmóvil, mientras la Osa Mayor realiza una rotación que usa la susodicha por pivote. Los 10 mil seres (manera de decir “todos” los seres, ya que antiguamente era el número máximo con el que los chinos podían contar) dependen del conjunto estelar formado por estas estrellas. Todo lo demás, incluso las deidades, la tierra y el resto del universo gira alrededor de este eje. Serían entonces, el centro del universo.
Desde la óptica de la tierra, la Osa Mayor, efectivamente, marca el paso de las estaciones, ya que rota durante todo el año alrededor de la estrella Polaris.
En definitiva, está práctica permite a los meridianos energéticos del cuerpo abrirse y tener una buena circulación energética, logrando así una buena relación con las las leyes de la naturaleza y, más tarde, permitiría comunicar con la energía divina “Dong Long”. Dice el maestro que a través del misterio se puede “percibir el Ling y el Tao”. El Ling no puede explicarse con palabras, sólo percibirse a través de la práctica. Y agregaría personalmente, el Tao no puede definirse o describirse. Si se hiciera, ya no sería el Tao.