BOXES O LA CARRERA DE TU VIDA

Por Ana González Vañek 
Revista DanzaNet
2009



El talentoso coreógrafo y bailarín argentino, Exequiel Barreras, quien integró el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín desde el año 2002, se encuentra actualmente en Madrid, entrenando con la compañía de Victor Ullate.

Entre el 14 de marzo y el 14 de mayo, Barreras estará en Berna, Suiza, trabajando bajo la dirección de Oliver Dahler; la obra, que es un homenaje a Nijinsky, forma parte de un proyecto que organiza la Chur Tanzt y cuenta con 5 bailarines principales, entre quienes se encuentra Exequiel, además de un cuerpo de baile de aproximadamente 8 bailarines-aprendices, invitados de una escuela suiza. Las funciones se realizarán en Zurich y en Berna.

Este joven creador, presentó en octubre del año pasado y poco tiempo antes de comenzar su gira por Europa, una obra de danza-teatro de su propia idea y dirección, “Boxes o la carrera de tu vida”, en la Ciudad Cultural Konex de Buenos Aires.

La infancia y la vejez; el juego y la realidad en su versión más cruda; la vida y la muerte definidas en una carrera. Sobre estas imágenes trabajó Exequiel Barreras para componer la pieza de aproximadamente 45 minutos de duración que volverá a escena este año.

Cuatro intérpretes masculinos, Alfonso Barón, Diego Franco _quien formó parte de “Rufianes”, la obra anterior de Exequiel Barreras_, Diego Mauriño y Nicolás Ferreyra, desarrollan la acción en los boxes de una pista de Fórmula uno. Los personajes son los encargados de trabajar en un tiempo acotado _momento en que un auto entra a buscar el arreglo de algún componente o a cargar combustible_ por lo que se ven obligados a convivir y a conocerse mutuamente para optimizar su labor en equipo. Barreras se acercó al mundo del deporte como hecho artístico a partir de improvisaciones y apelando a recursos del teatro y de la danza para pintar una particular e innovadora visión sobre el mundo de las carreras.

Los motores creativos fueron la velocidad, la espera y la conexión del automóvil con los juegos de infancia masculinos. La búsqueda de un lenguaje propio donde no se puede distinguir exactamente qué pertenece al teatro y qué a la danza, fue otro de los ejes que se desarrolló. El objetivo fue profundizar desde distintas disciplinas escénicas y se partió de la premisa de que toda acción del ser humano -observada con detenimiento- puede ser perfectamente atractiva para crear.

La línea de largada es una instalación en el Pompidou, la meca parisina al arte contemporáneo. Hay un viejo sentado en el piso jugando con una pista de scalextric, a pocos metros de un auto completamente destruido en un accidente que se presume fatal.

Luces bajas, el ruido frenético de los motores de carrera, los tiempos extremos que se viven en una competencia, la adrenalina, la angustia de los que pierden, la euforia de los que ganan. La obra de Barreras es resultado de una búsqueda personal que le llevó casi dos años en los que recolectó imágenes de la infancia, sentimientos encontrados y la incursión por el mundo del automovilismo, un espacio con reglas propias que hasta el momento le era desconocido.

“Soy un cartonero de ideas”, afirmó Exequiel y contó que la instalación en el Pompidou fue el inicio de una búsqueda creativa que culminó con la puesta de la obra. “Encontré fotos mías de cuando era chico en el auto de mis papás, fui al autódromo, me apasioné cuando descubrí a Ayrton Sena y sufrí cuando se murió en plena carrera, en la competencia que ganó Michael Shumacher, quien festejó el triunfo como si no hubiese pasado nada. Fue muy impresionante”.

Los cuatro interpretes de Boxes “tienen formaciones y cabezas muy distintas”, señaló el director . “Lo primero que hice fue un cuestionario para saber qué opinaban de los juegos en equipo, de salir primero o segundo en una clasificación, de las competencias”. Provienen de distintas disciplinas, una marca de estilo de Exequiel quien antes de integrar el Ballet Contemporáneo del San Martín, estudió teatro, comedia musical, jugó al fútbol en un equipo federado, jugó al tenis y compitió en varias carreras de resistencia y salto. “El deporte es arte puro. Una cancha de tenis es una escenografía hermosa. Hay intérpretes. Hay una función. Hay improvisación”.

Barreras afirma que su obra incluye tanto el factor sorpresa como el error; “siempre hay errores, por más que uno se prepare para eso todos los días de su vida. Yo vengo de trabajar seis años en el San Martín, con la disciplina que te exige la danza, y entendí que no es posible eliminar el error”. En “Boxes o la carrera de tu vida”, si bien hay una estructura muy fuerte, gran parte de la performance queda librada a la propia investigación de los intérpretes. Los textos, por ejemplo, son libres; en ellos hay un tema a desarrollar, pero no un guión estricto. Y con las coreografías sucede lo mismo; hay pautas claras, pero también espacio para la creación.

Hay una secuencia que justamente no está coreografiada, en la que a uno de los chicos le ponen un casco y lo manejan como si fuera un muñeco. El casco lo aísla, lo bloquea, lo protege. Y él cuenta una separación, una división de bienes con su ex pareja. El público escucha a medias lo que dice, justamente, porque media el casco”. En otra de las secuencias aparece la confrontación con el padre, quien le exige al hijo jugar al ajedrez cuando lo que el chico realmente quiere hacer es jugar en equipo, sentirse parte de un grupo y no estar solo frente a un tablero. Otra de las secuencias clave es la muerte de Ayrton. Exequiel trabajó con pinturas de Caravaggio para que los intérpretes pudieran encontrar “el estado corporal entre la vida y la muerte”. El momento eterno antes de la muerte, el instante en que el auto llega y se estrella. Los chicos de Boxes se suben a una tarima y caen en un vacío, en cámara lenta, una y otra vez…

El día 5 de marzo, Exequiel presentará, en la sala Batato Berea del Centro Cultural Rojas, “No sé hacer otra cosa que caer en tus brazos”, la nueva obra que dirige “a la distancia” mientras Margarita Wolf, en Buenos Aires, se encarga del montaje con los intérpretes; entre ellos se encuentran Victoria Hidalgo y Diego Franco. Esta obra de danza contemporánea, que cuenta con idea, dirección y coreografías de Barreras, y cuyas funciones serán todos los jueves y sábados del mes, formará parte del primer programa que reune a cuatro coreógrafos menores de 25 años. “Es una nueva experiencia que estoy contento de llevar a cabo; estamos trabajando y realizando discusiones por mail sobre los aspectos de la obra en sus distintas áreas de trabajo, como escenografía, vestuario, luces”, afirma el director, quien estará en nuestro país durante todo el mes de febrero para terminar de montar su obra y para impartir clases de danza contemporánea en San Miguel de Tucumán, en su Cordoba natal, y en el Teatro del Perro -Bonpland 800- de la ciudad de Buenos Aires; estas últimas tendrán lugar los días lunes 2, 9, 16 y 23, a las 11 hs.