Forografía gentileza de Nicolás Parodi
La Comunicadora y Bailarina comienza este lunes una nueva entrega del seminario de Periodismo de Danza. El objetivo es generar “lecturas comunicacionales” de las producciones artísticas.
La Comunicadora y Bailarina comienza este lunes una nueva entrega del seminario de Periodismo de Danza. El objetivo es generar “lecturas comunicacionales” de las producciones artísticas.
Buenos Aires, noviembre 2 (Agencia NAN – 2012).-
"Hay pocos periodistas de danza", sentencia la bailarina Ana González
Vañek. Ella, que viene del palo de la comunicación y que intenta a cada
paso que da y desde que comenzó la carrera en la Universidad Nacional de
Buenos Aires unir los mundos que ama sabe que es fundamental generar
una nueva figura de crítico de obras de danza que superen la mera
descripción del espectáculo. En eso anda: desde este lunes arranca una
nueva apuesta del seminario que puso en práctica hace cuatro meses con
ese objetivo: generar un "periodismo de danzas que se piense a sí mismo
como parte de un proceso de comunicación y no como un mero pasaje de
información", apunta.
La propuesta de Vañek, que además de bailarina es coordinadora editorial de la revista DanzaNet, dura un mes, comenzó hace tres y es intensiva. En cuatro encuentros de una hora y media, la comunicadora intenta construir con quien quiera participar del seminario –no es necesario ser periodista para hacerlo—esa nueva figura de comunicador que plantee “un desafío: pensarse como actores sociales y no como personas que tienen que contar”. El planteo llamó la atención de las casas de altos estudios, como las de Mendoza, que la invitaron para dictar el seminario en las carreras de comunicación en el próximo ciclo lectivo.
La propuesta de Vañek, que además de bailarina es coordinadora editorial de la revista DanzaNet, dura un mes, comenzó hace tres y es intensiva. En cuatro encuentros de una hora y media, la comunicadora intenta construir con quien quiera participar del seminario –no es necesario ser periodista para hacerlo—esa nueva figura de comunicador que plantee “un desafío: pensarse como actores sociales y no como personas que tienen que contar”. El planteo llamó la atención de las casas de altos estudios, como las de Mendoza, que la invitaron para dictar el seminario en las carreras de comunicación en el próximo ciclo lectivo.
--¿Cuál es la diferencia entre un crítico de danza y un comunicador?
--Una cosa es hablar desde la crítica y del periodismo más focalizado y
otra cosa es hacerlo desde la comunicación, una cosa mucho más
abarcativa. O lo que yo siempre llamo: las relaciones entre actores
sociales. La crítica apunta a la danza como objeto. Utiliza mucho la
semiótica que se queda en lo descriptivo de la obra y no profundiza, o
ni siquiera menciona las relaciones de esa obra con el público, con
otras artes, con el lector potencial de esa nota. El impulso a empezar
el seminario tiene que ver con eso: con la esencia en las críticas de
danza de un actor que vendría a ser el periodista de danzas o entender
al periodismo de danzas como comunicación y no como pasaje de
información que es algo más objetivo, sino como la puesta en relación.
Hay muy pocos periodistas de danza o críticos especializados en danza
que trabajen o que vinculen la danza con la comunicación en este
sentido, que es algo fundamental y a la vez un desafío: como
comunicadores, pensarnos como actores sociales a los periodistas y no
como personas que tienen que contar.
--¿De qué manera puede empezar a construirse esta nueva figura?
--El
periodista es el encargado de construir puentes entre el público y la
obra, pero a la vez no deja de ser parte de esa relación en la que los
tres actores (obra, lector, periodista) están incluidos. A los
periodistas nos cuesta mucho corrernos del rol de “ver algo y contar
según lo que veo”. No hay un trabajo sobre el campo conociendo ese
campo, que es me parece el rol del comunicador. Es algo completamente
nuevo que estamos tratando de crear para tratar de difundir y
desarrollar la danza desde ahí.
--Hablaba
de puentes, ¿cuáles son los que pueden construirse entre la danza, un
arte bastante alejado del público en general, y el público y cómo podría
hacerlo un periodista?
--Trabajamos
en el seminario con la danza contemporánea puntualmente, una rama
bastante difícil, pero partimos de esa práctica, pero la elegimos porque
también nos puede servir como modelo de cosas que pueden estar pasando a
nivel social, y porque el campo es muy acotado. Partir de ahí nos puede
permitir después comprender las otras danzas más instaladas en el
sentido común de otra manera. Entonces, uno de los puentes podría ser,
en relación con la escritura, cómo se puede generar un acercamiento
desde lo sensorial a la obra. La semiótica es una herramienta y no un
punto de partida para escribir sobre una obra. Porque el acercamiento desde
ese lugar se vuelve más mental. Pasa el: no entendí. Si logramos acercar
al público desde los otros sentidos, evitamos la utilización pura de la
razón.
--Uno
de los objetivos del seminario propone lograr una lectura
comunicacional de las producciones artísticas. ¿Qué implica generar
aquello?
--El
acercamiento comunicacional depende de quién lo haga. Si es el público
en general, podría ser como recién dije, a través de puentes... contar
desde un vínculo más relacionado con la sensibilidad. Siempre hay que
cuidar ese aspecto. Siempre se suele proponer que la lectura del arte
contemporáneo se debe hacer desde lo mental, de hecho hay muchos
expertos en ese arte que hablan al respecto: tratar de entender cuál es
el mensaje de las obras, indagar hasta descubrir qué me quiso decir el
artista con su obra. Pero a la vez no olvidemos que estamos haciendo una
lectura sobre una obra de danza, la unidad de comunicación es el
cuerpo. Entonces, ¿de qué manera hacemos una conexión entre esa unidad y
aquello vinculado con el entendimiento?
--Tal vez se resuelva desde el lenguaje corporal…
--Claro.
No hay que descuidar tampoco la subjetividad de cada uno. Qué le está
pasando cada uno cuando está viendo esa obra. Es un desafío, es
posicionarse en un lugar desprejuiciado; hay que despojarse de límites y
sentimientos preexistentes en uno. Para el periodista de danza, hacer
la lectura comunicacional de una obra tiene que ver con esto también.
Con todas las relaciones que se establecen en ese espacio.
--Existen
en las propuestas nuevas de obras de danza contemporánea un mix de
técnicas que desembocan en la no técnica ¿cómo se aborda?
--No
hay un cierre. Las nuevas críticas de producciones artísticas de danza
no tienen que ver con la información desde lo teórico. Y esto tiene que
ver con los nuevos modos de producción, con lo que sucede a nivel
social. Todo es tan híbrido y difuso. En un punto, también requiere
nuevas formas de escritura. La crítica tradicional requería de un
pensamiento moderno en relación con técnicas cerradas y condiciones
determinadas en un punto. Esto está en un punto en relación bastante
directa con lo que sucede después en el sentido común. Hablamos de danza
y enseguida aparece la figura del ballet en el sentido común. Hay
diferentes relaciones que se están jugando que funcionan en línea
directa. Hay algo nuevo que está pasando y que viene a quebrar con todo
eso, para lo cual parece que es necesario escribir de otras maneras. Lo
aprendí de artistas, de bailarines. Hace dos años creamos la sección
“Desde la danza,” en el portal DanzaNet en el que publicamos textos de
coreógrafos. Me sorprendió el material que recibía porque no era una
literatura corrida sino de frasecitas sueltas y luego puntos. Palabras,
puntos. Los respeté, eran sus escritos. Esas formas de comunicar a
través del cuerpo están implicando nuevos modos de escrituras que son
nuevos desafíos de escritura, de lectura para el lector y claro para el
periodista al momento de abordar el espectáculo.
--¿Cómo se pueden construir vínculos comunicacionales entre la danza y el público?
--Ya
los hay desde el momento en el que existe una obra de danza. Ahora, es
momento de que esos vínculos se tengan en cuenta a la hora de escribir
una nota sobre esa obra. No se deben descuidar esas relaciones porque
sino queda un artículo descriptivo que me está llegando a mí en tanto
lector como un objeto. Y si lo hago así es porque me posicioné desde un
lugar de crítico tradicional con una mirada desde la semiótica.
--¿Qué
le aporta al lector una crítica periodística de una obra de danza
realizada por un comunicador y no por un crítico tradicional?
--El lector tendría una obra de arte más.
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