REFLEXIONES DE UN ZAHORÍ EN EL MAINSTREAM

Por Alba Felpete

IG @albafelpete


Fuente: Pinterest



Servir al arte es servir a la espiritualidad. No se trata de algo religioso ni dogmático. No pasa por un sistema de creencias si no que es algo experiencial. Es un acto de entrega al ser, una rendición. No es algo separado, es lo mismo: crear arte es servir a la consciencia. Es indiferente el nombre o concepto que cada quien le ponga a esta consciencia de acuerdo a su sistema de creencias e identificación cultural. 

“Cada gota nombra al mismo océano desde su perspectiva” 

Cuando uno sirve al arte ejerce un sacrificio. El artista se sacrifica en aras de algo que sublima su existencia. Es un acto sacro, una ofrenda. Cuando existe arte en una creación, existe transformación profunda. Uno entró de una manera y salió de otra de esa experiencia…hay una experiencia. Puedo leer, informarme y saber sobre ello, pero la experiencia artística es independiente del conocimiento intelectual que tenga sobre la obra. El arte va a atravesar nuestro sistema como un organismo propio y algo sucederá. Removerá algún cimiento, desatará alguna emoción dormida, calará hasta las profundidades de quienes somos. 

“El arte es el tiempo de la divinidad”

El otro día tuve la oportunidad de ver un concierto de música en un contexto convencional y comercial pero la persona, la artista que lo representaba, no lo era o no se ceñía a esos parámetros, aún desenvolviendo ella su carrera profesional en estos marcos. Estaba haciendo algo más con todo su ser y con todas sus creaciones. Estaba moviendo algo más allá con su cuerpo, con su generosidad a la hora de comunicarse, con sus palabras, con sus silencios, con sus lágrimas y sudor y su corazón abriéndose paso entre todas las barreras. Sentí que el entorno no era suficiente para recibir la cantidad de energía que ella movía porque necesitaba un mayor receptor para su voltaje…más gente, más apertura…por una cuestión de voltaje, de cantidad de energía pero que aún así era perfecto porque la vida siempre sabe lo que hace. Cada vez que la escucho o la observo me conecto a algo más profundo, entro en otros estados de consciencia…ella trasciende, va más allá. Probablemente no sea consciente de ello, no lo sé, pero sucede. Es algo espontáneo, absolutamente involuntario, que pasa con determinados proyectos artísticos, pequeños o grandes, visibilizados o no. Hay una brújula interna que me dice: ahí hay algo. Suelo comprobarlo compartiéndolo en mis clases de danza y es infalible, porque se expande y resuena en los corazones a la velocidad de la luz, sin excepción.

“Los diamantes se forman en el fondo de la tierra con compresión y altas temperaturas”

Creo que para ser artista, para llevar nuestro ser a la vibración del arte es necesario conectar con los centros superiores, desde el corazón a la corona y descenderlo impecablemente hasta materializarlo. Hay algo en la verticalidad de la existencia en conexión con el arte. No va a depender tanto de lo que hagas, de su manufactura o artesanía, siendo también importantes y funcionales, si no del canal y el grado de conexión desde el que lo hagas. Observo proyectos grandes, sostenidos y financiados, difíciles y meritorios técnicamente, con excelentes intérpretes y profesionales, incluso de gran creatividad y sensibilidad pero que no alcanzan los estratos más sutiles del ser. No son arte, no están encarnando el arte. Nos gustan, nos fascinan, nos entusiasman pero no trascienden. Hay apreciación, hay disfrute, pueden movernos emocionalmente pero no hay trascendencia. Las aguas profundas no son tocadas.

“No todos olemos la verticalidad de la existencia”

Cuando entramos en un espacio artístico habitado por la consciencia algo se conmueve profundamente. Somos atravesados por algo puro que nos hace viajar internamente mientras dura la obra y suspirar hasta al menos el día siguiente. Hablamos de ello durante un tiempo, necesitamos contarlo o permanecer en silencio y a solas, poner nuestra música preferida, buscar referencias que nos lleven a reconectar con ello, escribir, pintar, correr, saltar, bailar….porque la información ya está en nuestros cuerpos. Ha llegado el paquete energético, el amazon espiritual, y ahora se está desplegando con sus enormes alas iridiscentes por dentro de nuestro ser. Entonces nuestro sistema responde y necesitamos reconectar con la información y darle forma en nuestras vidas con la creatividad. Eso es arte, un mensaje de los dioses, una expresión de la consciencia.

“Innana me susurró al oído la canción de mi alma”

El artista termina o exhausto o con mucha energía. A veces con resaca del proceso sin ser consciente del tremendo esfuerzo que ha hecho para elevar la energía de 10, 400 o miles de personas. Honro la existencia y la labor del artista, que poseyendo una antena que multiplica la capacidad receptora del común de los mortales, logra llevar su vida cotidiana y sostener los procesos creativos para ir como un salmón contracorriente y regresar como puede a sus aguas maternas, a su útero, a su hogar y reproducirse con la consciencia para convertir este mundo en un lugar con más belleza. Es como un nómada espiritual, un transeúnte de las profundidades, un pescador oceánico que se mete donde nadie quiere ir, donde nadie quiere ver y lo saca al mundo con belleza. Desciende al inframundo y lo llena de amor con su mirada para ofrecérnoslo digerido y manufacturado con sus ojos compasivos. Él entra desnudo en el campo de información y nos lo cuenta iluminado. Ese es un artista: un chamán, Fuller con su visión llena de electricidad…

“Observa al que nada a contracorriente pues tiene la mirada llena de diamantes”

Cuando voy a presenciar una obra de arte, me inclino por dentro. Me pliego. Sin voluntad. Mi ser interno lo sabe y se rinde. Se inclina. Se pliega. Baja la cabeza al corazón. Sé que estoy en un espacio sagrado porque mi ser me lo dice. Mi cuerpo, mi mente, entran en otro estado. Lo detectan como un zahorí con las corrientes subterráneas de agua. Y el viaje comienza con todo lo que esa persona haga. 

“Cierra mis ojos, alma mía, para que pueda ver con los tuyos”


HÍBRIDOS TRANSMUTABLES

Fotografía - Ro Pérez Aledda


Híbridos transmutables es una instalación performática que investiga la convivencia de cuerpos orgánicos e inorgánicos, la experiencia ficcional y la hibridez del cuerpo expandido, generada por el uso de la tecnología. 


FUNCIONES

Domingos 7, 14, 21 y 28 de Julio, a las 17 hs


Lugar

Nube Baja. San Martín 970. CABA


Entradas X Alternativa

https://www.alternativateatral.com/ficha_obra.asp?codigo_obra=89932


Idea y dirección general: Romina Nuñez

Intérpretes: Antonella Montervino, Soledad Torrekens y Romina Nuñez

Coreografía: Romina Nuñez

Música original: Corco Bravo

Diseño de iluminación: José Castillo

Asistencia técnica: Juan Pablo Soto


Seguinos @hibridostransmutablesobra

https://www.instagram.com/hibridostransmutablesobra/


ELEGIR LA DANZA PARA TRANSITAR LA VIDA

Por Patricia Rojas Pérez

IG @darlevozalcuerpo


Fuente: Pinterest


A medida que crecemos y nos vamos incorporando en los diferentes sistemas que conforman la sociedad, el movimiento auténtico del cuerpo se va acallando. La libertad de exploración comienza a disminuir y nos amoldamos al cumplimiento de expectativas, silenciando nuestra autenticidad.


Pero ¿Qué es la autenticidad? Es la capacidad de mostrarnos tal como somos, de abrazar nuestra verdadera esencia con compasión y aceptación, liberándonos de condicionamientos que han limitado la expresión auténtica del ser.


En el contexto de la danza como herramienta terapéutica, la expresión corporal a través del movimiento permite conectar con emociones, ideas, mensajes o necesidades utilizando el lenguaje no verbal para transmitir nuestros estados internos. 


Nuestro cuerpo se transforma en un puente de conexión entre lo que nos sucede de manera interna y la expresión de ello, a través de nuestro propio movimiento. 


María Fux, manifiesta en su libro Danzaterapia, Fragmentos de la vida: "Cuando el cuerpo se mueve y se expresa, nos está diciendo la verdad; el cuerpo no puede mentir. Este lenguaje no verbal es de enorme riqueza y denota los estados internos, nuestro mundo interior. A través de la palabra podemos escondernos y mentir, pero nuestro cuerpo unido al movimiento no puede engañar ni mentir. Canalizamos la expresión auténtica natural”.


Cuando danzamos, todos los mensajes que aparecen a partir de nuestra propia forma de movernos, son medicina que nos permiten trazar una ruta para resignificar todas las creencias que aprendimos e integramos del entorno familiar, social, cultural, y que nos alejaron de nuestra expresión auténtica. 


Para sembrar lo nuevo en nuestras vidas, necesitamos preparar la tierra (cuerpo) quien será la brújula para identificar los movimientos que requiere, y así convertirse en un espacio fértil.


La danza se transforma entonces, en una semilla de cambio que nos enuncia que no hay una forma única y adecuada de movernos, sino que su expresión es un reflejo de nuestra propia vida.


Elegir la danza para transitar la vida, nos recuerda que la mayor sabiduría está en nuestro cuerpo, donde nada es imposible si nos abrimos a sus posibilidades creativas y creadoras para explorar, liberar y transformar aquellas tensiones e incomodidades, ampliando el repertorio de movimientos en nuestra vida.


Aprender a ponerle cuerpo a nuestra emocionalidad a través de la danza, nos permite ir recuperando nuestra soberanía, permitiendo que la energía se manifieste a través de nosotras y así visibilizar nuestros cuerpos como una guía para transformar nuestro presente y expandirnos de manera segura. 


LAURA ÁVILA: COMUNICAR A TRAVÉS DE LA DANZA ES EXPANSIÓN

Por Ana González Vañek


Si algo hemos comprendido en Danza & Comunicación desde el principio, es la importancia del trabajo en equipo. A lo largo de todos estos años, hemos tenido el placer de trabajar junto a personas tan valiosas como sus proyectos, enfocados, por sobre todas las cosas, en favorecer el desarrollo y difusión de la danza y las artes del movimiento. La pluralidad de miradas y propuestas, a nivel nacional e internacional, ha nutrido inmensamente nuestra tarea, mostrándonos que sólo puede crecer, aquello que se comparte con amor a un propósito en común. En este camino, tuvimos el placer de conocer a la bailarina e investigadora Laura Ávila, de la ciudad de Córdoba, Argentina, quien, a través de su activa participación en las redes sociales, contribuye favorablemente a la expansión de nuestra danza. Con la alegría de que hoy sea parte de nuestro equipo, te invitamos a leer esta hermosa entrevista, donde Laura nos cuenta sobre sus comienzos en la danza, sus actividades y objetivos, para reflexionar luego acerca de lo que entiende por comunicar a través de la danza.


Fotografía - Gentileza Laura Ávila


AGV: -¿Cómo fueron tus comienzos en la danza? 

LA: Mis comienzos fueron, a mis ojos adolescentes, un poco bruscos y sorpresivos: resulta que tenía 13 años cuando en el salón vecinal de mi barrio empezaba una propuesta nueva de clases de danza y mi mamá, conociendo mi alto nivel de timidez e introversión, me inscribió para comenzar. Obviamente, no quería saber nada con asistir. Estuve bastante negada con ella y la noticia, aunque en el fondo, era lo que más deseaba, y por eso tal especie de enojo: porque quizás, inconscientemente, me generaba impotencia ese obstáculo a atravesar, el de animarme a la exposición y al “esto soy”. Estuve varias clases casi de oyente, siempre al final de la sala, detrás de todo el grupo, hasta lograr un día soltarme. Ahí pasé 6 años aprendiendo danzas árabes, folklóricas y tango, terminando por ser una total discípula de esa escuela y llevando hasta el día de hoy en mi cuerpo mucho de lo que me nutrió en ese momento; no está de más observar que a esa edad, la mente y el cuerpo quizás tienen una liviandad que permite absorber la mayor cantidad de información y crecimiento, y grabarlos perdurablemente. Gracias a ello transité una adolescencia ganando seguridad, carácter y autoestima. De ahí que creo en el poder transformador de la danza y esa apertura de puertas, desde el arte hacia la vida.

AGV: ¿Cómo describirías tu evolución en el sendero artístico?


LA: A mi evolución la puedo describir como un camino aferrado a la mutación constante. Es movimiento sobre movimiento. Una búsqueda y una atracción permanente por vivir el arte en forma de ciclos. Al ingresar a la Universidad, en un principio, me sentí un tanto extraña en el ambiente por no encontrar el foco, ni desde la preferencia de un sólo género dancístico/musical, ni desde la afinidad por el costado competitivo de la danza, ni por un fuerte sentido de pertenencia a grupos o espacios a los que asistía. Siempre sentí que había algo más. Otros modos, otros porqués, y fue recién dando clases que se me presentaron muchos casos y procesos desafiantes; y mixturar la técnica con métodos más terapéuticos me hicieron dar cuenta de que mi camino iba finalmente por un quehacer menos "showcentrista", más enfocado en el acompañamiento y el disfrute de los cambios y los procesos moldeados desde el arte, y que eso también podía ser válido. Y a partir de esa observación, comencé a nutrirme de otras aristas de la danza y otros modos de expresión también. Cuando algo nuevo aparece y considero que va a sumar a mi eje central de hacer y ser, que es el movimiento, lo atiendo y busco la manera de incorporarlo y amalgamarlo a lo que ya traigo. Y esa mutación constante es la que hoy me sigue dando impulso, motivación y marcando permanentemente el camino.



Fotografía - Gentileza Laura Ávila


AGV: ¿Qué actividades estás llevando a cabo actualmente en el campo de la danza en tu ciudad?


LA: Actualmente me encuentro coordinando un taller de Consciencia Corporal destinado a gente con y sin experiencia en danza, siendo parte de una banda de música local a la cual asisto escénicamente desde el entrenamiento postural y teatral, bailando para proyectos musicales y produciendo una obra de danza teatro unipersonal, como quehaceres propios del campo artístico y creativo. Y desde la investigación y la palabra, me encuentro escribiendo un libro sobre danza, siendo parte de un programa de radio en el que tengo una columna de Danza, Cuerpo y Emociones, e investigando a través de mis propias experiencias la relación entre el movimiento físico y su efecto en los movimientos emocionales, comunicando algunas concepciones y resultados de ese estudio de manera poética, generando contenido digital en mis redes sociales.


AGV: Considerando tu participación activa en las redes sociales ¿Cuáles son tus objetivos en relación con esta iniciativa? ¿Y tus expectativas?


LA: En un principio, comencé escribiendo a modo de entretenimiento y pura expresión, hablándome a mí misma en una época de distancia y algo de frustración con el arte, por lo que desde las ganas de reconectar con el movimiento y de poder aportar algo de valor al mundo dancístico que tanto me había dado me pregunté ¿qué más puedo hacer por la danza desde esta distancia? Escribir. Y al ver la repercusión y resonancia que tuvieron mis palabras, opté por unos objetivos con una mirada un tanto más ambiciosa: abrirle conceptualmente paso al baile y al entrenamiento de la sensibilidad al mundo de lo cotidiano y alcanzable, transmitiendo la idea de que todas las personas poseemos un cuerpo, por ende todas las personas podemos transformarnos y construir desde el movimiento. Para poder generar contenido, hoy por hoy tomo como punto de partida todo lo que pasa experimental y transversalmente por mi cuerpo: mis procesos personales, profesionales y artísticos. Y, si bien, el estudio que hago es minucioso y complejo, busco que el mensaje sea claro e inclusivo. Con respecto a expectativas, por ahora, no perder el hábito de estar despierta a los rumbos que puede ir tomando todo esto -digo, el ejercicio de la difusión y comunicación- y las oportunidades que van apareciendo, siempre desde la coherencia y las ganas, obviamente; desde el foco puesto en propagar una mirada central: todas las personas pueden vivir la experiencia de danzar y, a partir de ello, conducir su vida hacia la sanación y el autonoconocimiento. 

 


Fotografía - Gentileza Laura Ávila



AGV: ¿Cómo describirías el campo de la danza en tu contexto actual? 


LA: En mi contexto actual, veo una danza "equilibrista", en etapa de cambios y reacomodos. Y también de recuperación, de traer al presente lo que parecía olvidado o lo que está siendo ignorado. Creo que lo artístico y lo terapéutico van inherentemente de la mano de los contextos sociales, políticos, históricos. Por ello considero que las generaciones que estamos haciendo y siendo dentro del ámbito de la danza hoy, nos encontramos en una especie de "limbo" entre lo que ya no funciona, quizás en la puesta en escena, pero nutre las bases; y lo que sí capta la atención e interpela, tanto a los cuerpos artistas como a los cuerpos espectadores. Los ritmos de vida cambiaron la percepción del tiempo cronológico, la modificación o eliminación de algunos tabúes cambió las problemáticas a priorizar y atender, los recursos disponibles para crear modificaron también las expectativas y deseos del público contemporáneo. Sin embargo, hay algo de lo analógico y lo antiguo que no se puede reemplazar ni suprimir sino más bien complementarse, y eso es lo más interesante de la danza de hoy: acepar el desafío de poder generar un equilibrio.


AGV: ¿Qué entendés por comunicar a través de la danza?


LA: Comunicar a través de la danza para mí es expansión. Cuando una persona puede canalizar lo que vive, lo que siente y lo que piensa a través del movimiento de su cuerpo, está decodificando todo lo que en algún momento no supo sacar a la luz de otra manera. Lo que somos, pensamos y proyectamos, se extiende a través de nuestra danza y pasa así de ser algo singular y propio a algo colectivo y parte de un todo. Entonces en ese preciso instante, en que lo que teníamos adentro puede salir de una manera cristalina, es cuando nos acercamos a niveles más altos de conciencia. Nos elevamos. Y también ayudamos a otras personas a hacerlo, al modificarnos desde ese compartir. Bailar es un acto de comunicación muy genuina. Porque hay un mensaje que se esculpe y se materializa a través de nuestra danza y nuestro cuerpo y aunque parezca algo súper efímero, esa propagación ya queda instalada y esparcida: en el mundo, y para el mundo.-


NO PODEMOS DEJAR DE BAILAR

Por Flavia Basilico

IG @sinobailoescribo


Diana Vishneva - Fuente Pinterest



El camino de la calma antes de una tempestad repleta de miradas. Los nervios que no los quiero, pero sin ellos no soy nada. Mi respiración y yo, solas en el mundo. Mi danza y yo, solas en el mundo. Solas en el mundo segundos antes de compartirnos. 


¿Qué abismo hay entre la vida real y la escena? ¿Por qué la escena no puede ser la vida real? ¿Cuál es el límite? ¿Unas tablas de madera? ¿Qué nos pasa ahí arriba? Vorágine inexplicable. Una felicidad que siempre termina excesivamente rápido. Si pudiera subirme todos los días al escenario, tal vez sería más feliz, o tal vez sería tanta la adrenalina que sería imposible de contener. Como bailarina del under de la danza contemporánea argentina, tengo mi buena cuota de escenario, aunque un poco más no me molestaría. El público me da algo invaluable, inigualable, no sabría como explicarlo, tampoco sé si es para cada artista igual. ¿Qué es? 


‘’El alma es la forma de un cuerpo organizado, dice Aristóteles. Pero el cuerpo es precisamente lo que dibuja esta forma. Es la forma de la forma, la forma del alma. (58 Indicios sobre el Cuerpo / Jean-Luc Nancy). Nuestra alma, como sea que la concibamos, está ahí puesta al servicio de la escena, al servicio de transmitir historias, emociones, movimientos. Ese intercambio nos retribuye enormemente. Terminamos las funciones emocionadas, realizadas a veces, conmovidas, llorando, riendo, sintiendo todo, agotadas también porque la entrega es total. Bailar para un otro, para un público, es darnos en cuerpo y alma. Sigo pensando en esto del cuerpo, alma, danza y la próxima palabra que llega es ‘arte’. Si estamos acá, leyendo esto, claramente, ya sabemos que la danza no es un deporte pero lo es al mismo tiempo; sin embargo, en lo que no hay ninguna duda es que es un arte. En el arte siempre entra el alma. 


Quiera compartir este pensamiento de Paul Valery:


«La Danza no se limita a ser un ejercicio, un entretenimiento, un arte ornamental y en ocasiones un juego de sociedad; es una cosa seria y, en ciertos aspectos, muy venerable. Toda época que ha comprendido el cuerpo humano o que al menos ha experimentado el sentimiento de misterio de esta organización, de sus recursos, de sus límites, de las combinaciones de energía y de sensibilidad que contiene, ha cultivado, venerado, la Danza. Es un arte fundamental, como su universalidad, su inmemorial antigüedad, la utilización solemne que se le ha dado, y las ideas y reflexiones que ha engendrado en todos los tiempos, lo sugieren y demuestran. Y es que la Danza es un arte que se deduce de la vida misma, ya que no es sino la acción del conjunto del cuerpo humano; pero acción trasladada a un mundo, a una especie de espacio-tiempo, que no es exactamente el mismo que el de la vida práctica.»


Entonces, según Valery, la danza es casi como entrar a un portal donde hay otra frecuencia energética y las sensaciones internas se alteran. 


Agrego algo más de él:


«El hombre se ha dado cuenta de que poseía más vigor, más agilidad, más posibilidades articulares y musculares de las que necesitaba para satisfacer las necesidades de su existencia, y ha descubierto que algunos de esos movimientos, mediante su frecuencia, su sucesión o su amplitud, le procuraban un placer que alcanzaba una especie de embriaguez, a veces tan intensa que sólo el agotamiento total de sus fuerzas, una especie de éxtasis de agotamiento, podía interrumpir su delirio, su exasperado gasto motriz.»


Creo que nadie lo puede explicar mejor que él. El cuerpo se abre a nuevas posibilidades físicas concretas y pienso que el alma lo hace junto a el, y todo mi ser en conjunto entra esa embriaguez, o nueva frecuencia de placer sin comparación. 


No es difícil concluir entonces que la inmensidad de la danza es el mismo motivo por el cual NO PODEMOS DEJAR DE BAILAR.

EL DEBER DEL ARTISTA ES ENVIAR LUZ A LOS CORAZONES

Por Ana González Vañek

IG @danzaycomunicacion


"Enviar luz a los corazones: he aquí el deber del artista"

Robert Schumann


Fuente: Pinterest


Para enviar luz, hay que conocer su valor y por sobre todas las cosas, aprender a serlo.

Estamos viviendo tiempos de grandes transformaciones en todas las áreas, y es fundamental que seamos responsables a la hora de ser y hacer en nuestra creatividad. Aquellas personas que, hasta ahora, no lo hayan logrado, nisiquiera intentado, quedarán al otro lado del velo y la separación entre la luz y la oscuridad será cada vez más notoria.

Hoy más que nunca, y con el saber que únicamente puede brindarnos la experiencia del cuerpo, invitamos a nuestra querida comunidad a tomar distancia de todos aquellos espacios y personas que promueven la expansión de emociones negativas en nuestra sociedad.

El desamor, la indiferencia, el egoísmo y la apatía, son frutos del miedo y el rencor, siendo ambas emociones -además de nocivas para el cuerpo y el alma-, las de frecuencia vibratoria más baja

Amemos al espectador, llevando luz a su corazón.

Cuidemos la pureza de nuestra danza y trabajemos, únicamente, para irradiar luz y amor a quienes tengan la bendición de recibirla.

De aquí, que el trabajo personal del artista escénico, para despojarse de todo aquello que no contribuye a la sanación y redención de nuestra humanidad, es necesario y fundamental.

En breve estará disponible nuestro artículo "AL OTRO LADO DEL VELO", donde compartiremos, a partir de la propia experiencia y desde un enfoque kabalístico, la mirada de autores especializados acerca de la importancia de integrar estos aspectos, a nuestra práctica artística diaria.

Ayudemos entre todos al desarrollo y difusión de la danza.

ZOYA SAGANENKO: LA DANZA ES UN LENGUAJE INTERNACIONAL

Por Ana González Vañek

IG @danzaycomunicacion


Me gustaría reivindicar, una vez más, el inmenso poder transformador de la danza. Como práctica social que puede resignificar experiencias individuales y colectivas, este poderoso arte, en todas sus formas y expresiones, puede sanar nuestro mundo. En el sendero de la redención a través de la danza, tuve el placer de descubrir el hermoso trabajo de Zoya Saganenko, nacida en el este de Ucrania, quien se ha dedicado a la danza toda su vida. Atravesó un largo proceso, desde sus sueños de infancia, hasta su realización como artista en la escena profesional y en la docencia internacional, y también a través del trauma, la guerra y la necesidad de encontrar un hogar donde vivir para siempre: "Verdaderamente, creo que la danza es sanadora, pues lo he comprobado en mí misma. Asimismo, estoy convencida de que la danza es un lenguaje internacional, hablado por quienes tienen algo para decir. En este sentido, considero cada nueva experiencia de movimiento, como un tesoro precioso en mi sendero creativo."


Gentileza - Zoya Saganenko

AGV: - ¿Cuándo y dónde comenzaste a bailar?

ZZ: Comencé a bailar cuando tenía 8 años, en mi pueblo Donetsk, en el este de Ucrania. Hasta que tuve 17 años, estudié danzas de salón y participé en competiciones. El mundo de las danzas de salón es un deporte real en el cual eres completamente dependiente de tu pareja y de sus logros. Llegué a la coreografía moderna un poco tarde, alrededor de los 18 años, cuando decidí explorar nuevos aspectos del movimiento. Luego, comencé mi entrenamiento en danza teatro moderno, donde tuvimos estudios profundos de danza clásica, moderna y contemporánea. Estaba obsesionada (risas). Durante muchos años, tomé todas las master clases posibles, para añadir al programa de mi entrenamiento regular: hip hop, jazz, comercial y street dance. Si hubiera sido por mí, no hubiera dormido, hubiera bailado sin fin. A los 22 años tuve una lesión en la espalda. Durante medio año fue difícil para mí, incluso al caminar lentamente. Los médicos me prohibieron categóricamente incluso la posibilidad de pensar en volver a bailar en mi vida. Durante muchos meses de tratamiento, pensé acerca de qué decisión tomar, si debía rendirme al sendero de mis sueños, o tomar el riesgo. Y finalmente, me di cuenta de que no había nada para pensar al respecto. En cualquier caso, intentaría y haría lo que pudiera con lo que tenía. Gradualmente, regresé al entrenamiento, aprendiendo a escuchar profundamente las señales de mi cuerpo y a darle descanso cuando fuera necesario. Me mudé a la capital y allí comenzó mi camino creativo en el campo de la danza profesional.

AGV: ¿Cómo describirías tu evolución artística?

ZZ: Tuve la suerte de triunfar como bailarina profesional, incluyendo numerosos trabajos videos oficiales de música y proyectos de televisión, así como también en obras de teatro, como jurado y maestra a nivel internacional. Bailar en el escenario está indefectiblemente unido a la actuación, así como también a la performance. Tuve la oportunidad de interpretar diversos roles, desde una tentadora fatal hasta una zombie. Gradualmente, el camino de la danza me llevó al deseo de aprender los secretos de la actuación en mayor profundidad. En los últimos años, fui lo suficientemente afortunada para interpretar un rol protagónico en 3 películas cortas. Fue una maravillosa experiencia que influyó en mí tanto como bailarina, como coreógrafa. Actuar también es movimiento. Es una danza de las emociones, de la voz de la expresión facial, de las experiencias. Creo que la esencia de la evolución artística para mí es una transición gradual del deseo físico de crear la imagen perfecta, al deseo de transmitir tu idea a través de la danza. Esto último no excluye lo formal sino que lo complementa. La narrativa puede ser obvia o, en el caso contrario, abstracta, surrealista. Disfruto al contar historias de cualquier tipo, usando todos los instrumentos disponibles.


Gentileza - Zoya Saganenko


AGV: ¿Dónde estás trabajando actualmente y cuáles son tus objetivos principales?

ZZ: Actualmente estoy creando y estructurando un curso de improvisación en danza, el cual planeo lanzar tanto de manera online como presencial en primavera. A lo largo de años de práctica, he acumulado mucha información que me gustaría compartir. Tengo certeza de que esta práctica es útil tanto para bailarines profesionales como amantes de la danza. El movimiento es un generador de energía vital. Es sanador, mantiene la mente en forma y el cuerpo listo para el descubrimiento. De una u otra manera, el movimiento es accesible a absolutamente todos, sólo que la gente no siempre tiene el coraje y la tenacidad de sumergirse en sus profundidades. Creo que la manera más fácil de hacer esto es conectarse uno mismo con la improvisación y la danza contemporánea. Hay mucha libertad y aceptación de quién eres por quién eres ahora. Así que mi principal objetivo en el presente, es crear un producto que brindará máxima motivación y beneficios a todas las personas interesadas en explorar el mundo del movimiento libre. En cuanto a mi realización artística, tengo planes que no es el momento de compartir ahora. En este sentido, soy una persona muy supersticiosa. Prefiero no hablar de muchas cosas que aún no hayan pasado pero que están siendo trabajadas, sólo para no disipar la energía de la intención a través de la palabra.

AGV: Viendo tu "diario de danza", el cual podemos encontrar en tus redes sociales, ¿ cuáles son tus intenciones principales con este proyecto?

ZZ: La idea de llevar un diario de danza, no llegó a mí por casualidad. Fue durante la pandemia, antes de una segunda vuelta de estrictas restricciones. Había estado practicando improvisación durante mucho tiempo y tuve la suerte de ir a bailar sola al estudio siempre que pude. En aquel momento, cuando todo el trabajo presencial y planes creativos fueron congelados, colgando en el aire una vez más, sentí una urgente necesidad de crear un nuevo y permanente punto de contacto con el mundo exterior. Me di cuenta de que con la ayuda de un diario de improvisación, podría practicar regularmente las herramientas que había adquirido tiempo atrás, explorarme e inventar nuevas, e inspirar a otras personas interesadas en los principios del movimiento libre. En general, soy una persona muy constante y si me prometo a mí misma hacer algo regularmente, después es muy difícil parar. Pero seraimente, a lo largo del tiempo, me he dado cuenta de que las notas de la danza improvisación son útiles para mí en distintas maneras. A través de la danza, observo cómo mi cuerpo y consciencia reacciona a varios eventos a largo plazo. Esto es una exploración multifacética de uno mismo en la danza, una búsqueda sin fin y la posibilidad del conocimiento. El diario de danza me llevó a sistematizar my conocimiento y a ofrecer un entrenamiento más profundo y productivo, mientras trabajaba con mis estudiantes. Finalmente, al hacer mis notas visibles al mundo, a menudo entro en contacto con gente creativa de distintos países y eso me inspira mucho. Así que mi intención principal es continuar manteniendo el diario, buscar nuevas facetas de danza improvisación y compartir mi conocimiento con quienes están abiertos al mismo.


Gentileza - Zoya Saganenko


AGV: ¿Cuál es tu opinión acerca del lenguaje de la danza en nuestra vida cotidiana individual y colectiva?

ZZ: El lenguaje de la danza es un concepto muy abarcativo. Creo que es un código completo de comunicación, al igual que lo es el lenguaje verbal, o cualqier otra práctica del cuerpo. En el mundo de la danza, todos comenzamos aprendiendo algunas técnicas básicas y vocabulario que alguien ya ha creado. Así como un niño aprende a caminar y hablar, los bailarines jóvenes aprenden a girar, saltar e interpretar combinaciones. Más tarde, cuando comenzamos a crear coreografía por nosotros mismos, estamos influenciados por el equipaje léxico que estudiamos previamente. A lo largo del tiempo, aprendiendo los principios de la composición y estudiando las capacidades del cuerpo humano, podemos llegar a nuevas formas y hablar a través de ellas, bailando un solo, ofreciendo coreografía a grupos de personas o de muchas otras maneras. Pero el resultado es el mismo: encontramos una manera de contar historias sobre la vida, en nuestro propio lenguaje de la danza. Y puede haber tantos de estos lenguajes como gente bailando en el mundo. Mientras que para los bailarines no profesionales, revelar su lenguaje de la danza no es menos importante para ellos. Simplemente, estoy convencida de que la danza en cualquier forma, es una de las mejores maneras de meditar y limpiar la mente de lo innecesario de cada día. Si tienes algo para decir y tienes herramientas técnicas, genial, tu danza se convertirá en arte. Pero sinó, aún tiene sentido para vos hablar al mundo a través del movimiento. Después de todo, un monólogo de danza es una maravillosa manera de entenderte a ti mismo más profundamente y expresar lo que es difícil poner en palabras.


Gentileza - Zoya Saganenko


AGV: Ha pasado bastante tiempo desde que Ucrania enfrenta una guerra. ¿Cuál es tu opinión acerca del arte de la danza en este terrible contexto?

ZZ: De hecho, Ucrania, enfrentó una guerra mucho antes, en 2014, cuando parte de los territorios fueron ocupados. En ese momento, la guerra no había sido oficialmente declarada, pero hace 2 años comenzó una invasión a gran escala. Tales eventos cambiaron radicalmente la vida de cualquier persona y dio vuelta su mundo interior; esto es obvio. Esto afectó profundamente la cultua el pas como una totalidad. Es un momento en el cual la gente muere en masa en la batalla por la supervivencia de la nación. Por supuesto, la pregunta por las apropiaciones de una variedad de cosas, se pone de manifiesto en la sociedad en estas circunstancias. Durante un primer momento, cuando la sociedad está en shock por lo que pasó, parece que ahora no es el momento de hablar sobre el arte de la danza en general. ¿De qué podemos hablar cuando la tarea principal es sobrevivir, salvar a los que amamos y frenar al invasor? Pero después de recuperarnos del primer estado de schok, el entendimiento viene de que sólo podemos sobrevivir unidos, trabajando en equipo. En este momento, el arte de la danza comienza a desarrollarse más allá de las dificultades. La gente abre escuelas de danza, organiza master clases y espectáculos, más allá de los bombardeos regulares en masa y las tragedias cotidianas. Cada cual hace lo que puede donde está ahora, donde tienen la fuerza emocional y la habilidad física para hacerlo. Esto es importante porque la cultura sirve como un soporte emocional para la gente. En tiempos terribles, es crucial creer y ver que hay energía hermosa, pura y brillante en este mundo. Es necesario entrar en contacto con esta energía, para recargarse de la misma. Así que la cultura de la danza se está desarrollando en Ucrania, más allá de todo. Esto sucede en su propio ritmo y ajustado a tópicos corrientes y circunstancias limitadas. Pero todas estas circunstancias, en el largo plazo, sólo llevarán al crecimiento porque los artistas tienen algo que decir después de todo lo que han experimentado y también porque saben exactamente por qué necesitan hablar.


Gentileza - Zoya Saganenko


AGV: ¿Qué entendés por comunicar a través de la danza?

ZZ: La danza es una energía de la fluidez. La intercambiamos cuando bailamos en pareja o en grupo. Las parejas tienen que aprender a escuchar al otro muy sensiblemente, para poder bailar juntos. Cuanto más desarrolles esta herramienta, más profundamente sientes cada vibración cercana. La gente de la danza se vuelve disponible para aplicar esto, no solamente en escena o en ensayo, sino también en la vida cotidiana. El cuerpo es un instrumento muy expresivo, el cambio postural te permite hablar claramente sin palabras si tu cuerpo se ha entrenado en esta herramienta. Por esto, los bailarines, como figuras públicas, son responsables de este mensaje que transmiten. Tenemos el poder de contar historias a grandes grupos de audiencias, a través de performances teatrales, videos creativos o simplemente, las redes sociales. Así que debemos usar nuestras voces para hablar sobre temas importantes en la sociedad, motivar y energizar, e infundir la fe.-


Sigue el trabajo de Zoya Saganenko aquí:

Instagram.com/zoyasaganenko


LAS ANTIGUAS

Por Lorena Colombatti

IG @cuerpocanal


Fuente: Pinterest

Mensaje canalizado a través del cuerpo en estado de danza


Las ANTIGUAS regresan, la danza cobra vida.

Ellas bajan el cielo a la tierra cuando danzan,
cuando se reúnen en circulo,
las abuelas regresan,
son un solo cuerpo en danza ritual.

Ellas cumplen la profecía del nuevo tiempo,
amor y compasión cuando crean.
Ellas danzan y baten palmas, 
se entregan a su corazón, 
sonríen y al brillar, son el agua.

Dejan salir todo lo que antes oprimía,
todo lo que le robó la voz,
sienten su útero latir, se permiten crear, creer,
compartir su don y emoción con el mundo.
Ellas son las de ayer, las de hoy, las de siempre.

El tiempo llegó,
el manto sagrado de la gran madre divina,
las baña y protege.
Pétalos de rosas sobrevuelan en su espacio,
las llamaban druidas por su conexión con la naturaleza,
mas ellas son la naturaleza, manifestándose en cada acto.

Son la flor en expansión
Amigas, hermanas, compañeras, familia, amantes.
Ellas danzan y recuerdan,
Plasman la nueva frecuencia de los cuerpos en estos tiempos.
Danzan la esencia y no la forma
Danzan con la vida y con la muerte
Son un recordar en acto, ceremonia divina.

Ellas danzan para recobrar su estado
El/la Dios/a que en su alma habita se mueve a través de ellas.
La divinidad de la no forma con un ritmo en un tiempo y en un cuerpo.
Lenguajes de luz al bailar
Vibración, frecuencia, recalibración.

Los huesos de sus huesos se transforman
La piel se desnuda, la alquimia sucede
Las nuevas y sabias regresan
Las ancestras piden volver a danzarle a la tierra
Hoy más que nunca, 
no desviarse del camino de la danza,
libre, expresiva y expansiva.