HONRAR EL CUERPO IV: METÁFORA

Por Andrea Salomé Villalba

San Juan, Argentina

IG @decristalerosionado


HONRAR EL CUERPO 

Fragmentos de una investigación artística y cultural en danza teatro

Universidad Nacional de San Juan

Instituto Nacional del Teatro


Fuente: Pinterest


Sensorialidad en palabras encrucijadas.

Habitar la incomodidad del entre.

Voluntad, 

la voluntad de inaugurar, de estimular, de invitar, de proponer está en el centro del conflicto.

*

Interrumpe el tiempo

interrumpe el gesto

interrumpe la vida

Metáfora

no hay responsables.

*

Lo vital prende fuego al deseo, la retroalimentación subjetiva genera un campo donde vamos poniendo en tensión un afecto. Afecto que es respuesta: una contra violencia.

Las dos ahí construyendo una secuencia codificada en voluntades desde percepciones. Y estamos ahí, puestísimas, en contra, a favor: ya te quemo todo, ya te quemé todo. 

Desertamos la amabilidad sin aflojar la escucha (escribir para entender el sistema de relaciones que estamos atravesando, lo que nos mueve la carne, cómo se sale, cómo se observa, cómo se traduce en palabras). Conversar con lo que nos intriga, ahoga, silencia, enoja, incendia, carcome, cansa y entiende. 

Una mirada empieza a hacer circular cierta información concreta que trastoca resistencias, tira treguas o pausas para volver; y enhebra defensivas estrategias ante vos toda inminente. 

Tácticas sensibles de operación con tonos vitales que desbordan géneros.

En el medio del discurso, las ganas te ahorcan y te ponen disidente. Es la parte atrevida, donde nos borramos las caras y nos mordemos cual perras callejas, bien rápidas. 

Ojo, el ataque es desde el cuerpo: al final nos auxiliamos entre nosotras. Al final la sed, la garganta seca, la respiración que entra finita, las pupilas moviéndose en la cumbre del reflejo. Pasadas de sensibles. 

El ataque fue desde el cuerpo: al final nos auxiliamos entre nosotras.


Hay una fuerza poética erótica que se vincula políticamente y crea universos.