LA COMPASIÓN A TRAVÉS DE LA DANZA

Por Patricia Rojas Pérez

IG @darlevozalcuerpo



Fuente: Pinterest


¿Qué entendemos por compasión? El significado que le otorguemos dependerá de la creencia que hayamos incorporado a través de los diferentes contextos en los que nos hemos desenvuelto en el transcurso de la vida. Muchas veces, el mismo se vincula con la comprensión de la realidad de otra persona, dando una justificación a lo que acontece desde una externalización e invalidando nuestro sentir.

Desde la primera infancia, nos enseñan a incorporar este sentimiento en nuestro repertorio de vida: a comprender que aquello que incomodó, dolió, fragmentó, tiene un por qué y un para qué, una lección que nos permitirá ampliar el abanico de posibilidades sobre el comportamiento que otra persona tuvo con nosotras.

Sin embargo, en los diversos contextos que hacen a lo social, cultural y familiar, no nos enseñan a integrar la misma compasión hacia nuestro propio ser. ¿Qué sucede, entonces, en nuestra propia biografía? Aprendemos a posponer nuestras necesidades, anteponiéndose, por lo general, las de los demás.

El arquetipo de la salvadora cobra protagonismo mientras vamos satisfaciendo los deseos de otras personas. Aprendemos a resolver y ampliar las perspectivas para entender el contexto, la historia y la manera de desenvolverse de quienes, en primera instancia, forman parte de nuestro círculo más cercano para, posteriormente, extenderlas hacia otros entornos.

La compasión se vuelve carga cuando no la incorporamos en nuestra propia historia, principalmente, porque siempre vamos quedando en último lugar. El personaje que adoptamos en torno a ella se integra como parte de nuestra identidad y se vuelve más fuerte mientras nos vamos sintiendo validadas cada vez que cumple su función, alejándonos de nuestros propios límites.

La danzaterapia nos da la posibilidad de mirar la incomodidad que este concepto y las creencias asociadas a él, han generado en nuestra historia. Nos permite mirarla de frente, reconocerla, sentirla en el cuerpo, escuchar el mensaje que oculta y que tantas veces nos intentó comunicar a través de un síntoma o una sensación. Nos otorga un espacio seguro para mirarla sin juicios, y así reconocer su raíz y los nutrientes que han sido integrados como verdad, observando, desde nuestro presente, las consecuencias que ésta ha tenido en el desarrollo de nuestros propósitos. Nos enseña a cuestionar lo aprendido para, de esta manera poder incorporar una nueva creencia; esta vez, acorde a nuestras propias necesidades, posicionándonos en el centro de nuestra historia donde la compasión cobra otro significado, pues ahora la dirección es hacia nosotras mismas.

La danza nos brinda la posibilidad de expandir nuestro concepto de amor, permitiéndonos aceptar todos nuestros fragmentos, haciéndonos abrazar y comprender nuestras diferentes partes para ampliar el repertorio de movimiento en nuestras vidas e incorporar aquellos que nos permiten un viaje de regreso a nuestra propia compasión; un viaje que nos permite reconocer nuestro espacio personal, generándose una danza donde la validación del sentir cobra relevancia para determinar nuestros límites y necesidades, sembrando una semilla de amor que transformará la compasión en una nueva forma de habitarnos.

La danzaterapia se transforma, entonces, en un espacio donde es posible observar nuestro cuerpo para reconocer aquellos cimientos que hemos construido en él y que merecen otro lugar dentro de nuestra historia; reconociendo también, el tiempo que requieren para su resignificación y transformación; un tiempo subjetivo que va a la velocidad de cada historia pero que, en su trayecto, nos va permitiendo habitar nuevas formas de volver a nosotras, reconociendo nuestros recursos e identificando las diferentes direcciones que nuestro propio andar requiere.

Ser compasivas con nosotras mismas nos empodera desde un amor altruista, que no traspasa barreras, sino que es capaz de sostener nuestras diferentes formas de habitarnos con todas las estaciones y colores que esto conlleva, sin condicionamientos, mas con la certeza de que, aunque el día se oscurezca, nuestras raíces seguirán intactas, pues la incorporación de este nuevo nutriente permitirá su fortalecimiento e incorporará una nueva y saludable forma de amarnos.