Por Layne Romero
IG @layneromeroricalde
¿Cuál es la esencia del cuerpo? ¿Qué es la transformación? La esencia del cuerpo puede ser definida como la capacidad que tiene para vivir todas sus posibilidades, y la transformación es el cambio o modificación de “algo” que, al mismo tiempo, conserva su esencia.
De lo que hablaremos ahora es de la transformación del cuerpo en la práctica de la danza contemporánea; no de la transformación del cuerpo como consecuencia de la danza y el entrenamiento, sino de la transformación del cuerpo en cada práctica de danza. Y, al mismo tiempo, busco explicar por qué esta práctica de la trasformación del cuerpo lo lleva, paradójicamente, a retornar a su propia esencia.
Si partimos de la premisa de que el cuerpo retorna a su esencia a través de la danza, significa que hay un momento en que el cuerpo se desconecta de su esencia. De ser así, esto puede suceder por motivos culturales, individuales, etc. Dependiendo de cada cultura, la conexión o desconexión con el cuerpo puede ser mayor o menor.
La transformación del cuerpo del individuo en cuerpo social o cultural surge a partir del objetivo de “educar” al individuo, de darle las pautas para crear una identidad y relacionarse en la sociedad a partir de esta construcción. Pero dicha transformación del cuerpo no está relacionada sólo a conceptos sociales y culturales, sino también al ambiente físico - geográfico. Así, un cuerpo de ciudad será, seguramente, diferente a un cuerpo de campo o ambiente rural. La influencia del entorno social y físico se da durante todo el proceso de la vida.
¿Qué pasa cuando esta influencia del entorno no es consciente? Es decir, cuando nos habituamos a un modo de vivir el cuerpo. Es posible desconectarnos de sus capacidades, de sus principios motores, de su naturalidad, de su complejidad. Por ejemplo, cuando pensamos en nuestros pies: ¿en qué pensamos? ¿cuántas veces al día estamos descalzas o descalzos? ¿pensamos en las diversas formas que tenemos para apoyarlos? En general, pensamos en dos soportes que nos permiten caminar como si cada uno fuera una plataforma de una pieza y olvidamos que tenemos cinco dedos, que podemos apoyarnos en las puntas, el talón y los bordes. Esto es sólo un ejemplo sencillo para ver cómo la cotidianeidad nos hace olvidar la complejidad del cuerpo.
Cuando el cuerpo baila se transforma, al buscar sus posibilidades olvidadas. Se trata de comprender al cuerpo percibiendo el ritmo interno, el contacto o relación con un elemento que bien podría ser un balón, una vara de madera, una tela, el suelo, el techo, otro bailarín o bailarina, despertando la consciencia de la estructura ósea y muscular, considerando y repensando los apoyos del cuerpo, escuchando la respiración, observando los micro movimientos y pensando en el espacio como una consistencia densa donde, en realidad, el vacío no existe.
En conclusión, el cuerpo se transforma con del proceso de socialización sin perder su esencia, teniendo la posibilidad de experimentar una segunda transformación a través de la danza contemporánea y así, reencontrarse con ella.
