Por Mariela Morassut
Una obra del coreógrafo sueco, Mats Ek
“Quiero reflejar la imagen de la realidad. El movimiento es un lenguaje, no es ni estética ni decoración. Tampoco es una ilustración de la música, sino una expresión en sí. La danza no es en lo absoluto abstracta”. Mats Ek
Creado para la Ópera de Paris en el año 2000, este gran trabajo coreográfico pertenece a uno de los más controversiales coreógrafos del mundo. Hijo del actor Anders Ek y la coreógrafa Birgit Cullberg, Mats Ek rompe con todos los esquemas del ballet clásico para convertirlos en obras maestras de la danza contemporánea, buscando definir cuál es la poética de la danza y orientar sus procesos creativos logrando su meta, que es la expresión.
La protagonista es la primera bailarina rusa del Teatro Marinsky y American Ballet Theatre, Diana Vishneva, quien despliega su perfecta técnica de ballet clásico, comprendiendo la visión del coreógrafo y expresando el sentido de la separación que por momentos alivia y por otros desespera.
La pieza está ambientada con música de la banda de rock sueca Fleshquartet, en vivo, en el escenario. Aislados, con otra luz, los músicos otorgan la sensación que despliega la obra.
El vestuario de la pareja de bailarines, con sus colores y texturas, hace sentir que son una unidad, expresando al mismo tiempo una mezcla de tristeza y soledad. El espacio casi vacío, una puerta, una cocina, un sillón y las luces tenues que alumbran perfectamente el objetivo, generan un ambiente melancólico.
Una mujer delgada que pareciera llegar con prisa, se acerca a la puerta y desea tocarla. Revisa si está abierta pero está cerrada. Puede ser su imaginación esperando a que el amor golpee a su puerta, una vez más.
¿Un amor que se extinguió y sin embargo quedaron pasiones encendidas? ¿Las memorias y el deseo de que éste no muera?
Parece que el hombre que no corresponde del todo a los deseos de la mujer que siempre lo busca y lo mueve.
En la soledad del hogar, una relación se despliega en dramatizaciones de juegos de atracciones. Cansancios, aburrimiento, reencuentros, indiferencias, traiciones, abandono, son algunos de los temas que alimentan lo mejor de la obra de Mats Ek.
¿Cuántas veces paso en soledad en éste, mi “lugar”, conmigo misma, rodeada de la cotidianeidad de las cosas y personas más cercanas de mi vida?.
En esta etapa de aislamiento social recorro mi hogar y observo los objetos que me son necesarios cada día, y la rutina diaria con las personas que me rodean. Pienso que a veces es una tortura y otras un gran cambio positivo, para saber qué me está pasando, qué estoy sintiendo y hacia dónde quiero ir.
¿Una separación? Una palabra que insinúa y encapsula la fuerte relación de los personajes donde el “hogar” de uno puede convertirse en un paraíso o en el mismo infierno.
Mats Ek se preocupa por la relación entre ellos. Pone su foco en las desventajas, problemas sociales, las relaciones íntimas. Su concepto de belleza puede parecer cruel y feo. Sin embargo, esto último también es la realidad.
Ficha artístico técnica: Bailarines: Cuerpo de ballet de la Ópera Nacional de Paris - Diana Vishneva y Denis Savi / Realización: Thomas Grimm / Música: Fleshquartet / Coreografía: Mats Ek / Escenografía y figurines: Peder Freiij / Diseño de iluminación: Erik Berglund
Mats Ek: Bailarín y coreógrafo sueco nacido en Malmoe en 1945, se formó en ambas disciplinas escénicas heredadas por sus padres, y muy pronto se destacó como coreógrafo del Cullberg Ballet, para luego dirigir la compañia entre 1985 y 1993. Su legado coreográfico de 40 ballets, de los que realiza una revisión rompedora de los clásicos como Giselle(1982), Carmen (1992), El Lago de los Cisnes (1987), La Bella Durmiente(1996), entre otros; repartidos en las mejores compañías. Desde que ha dejado la dirección artística del Cullberg, Mats Ek combina su trabajo como coreógrafo independiente con la dirección escénica y proyectos teatrales.