Por Ana González Vañek
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©Ary Kaplan Nakamura |
Los últimos años nos encontraron atravesando múltiples procesos de cambio y transformación en todas las áreas. En este contexto, la danza fue conmovida profundamente, poniendo de manifiesto la necesaria presencia del medio que hace a nuestro lenguaje: el cuerpo.
Cuando hablamos de cuerpo solemos pensarnos individualmente, como si estuviéramos separados de los demás, en vez de comprender que constituimos una totalidad donde cada parte es un aspecto esencial a considerar en el funcionamiento del cuerpo social. Agonías del Ser, de Romina Núñez, presenta con nitidez la interacción entre ambos.
Una puesta sencilla pero contundente, donde la música y las voces de los intérpretes tienen un rol central, envuelve esta pieza que nos invita a reflexionar sobre la importancia vital de atravesar los procesos de cambio personales y colectivos, con entrega absoluta, compromiso y confianza.
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©Ary Kaplan Nakamura |
Iluminada con precisión, la obra permite al espectador ahondar en su mundo sensorial para cocrear un sentido que sería imposible construir sin su activa participación. Dinámicas que oscilan entre patrones repetitivos y una profunda búsqueda subjetiva, ofrecen el movimiento perfecto para mostrarnos el sendero hacia la deconstrucción.
El maravilloso pensador francés Cornelius Castoriadis expresó que no puede existir la autonomía individual sin la autonomía social, y viceversa. Esto significa que, para lograrla, hemos de trabajar en ambas áreas del ser, reivindicando, una vez más, el rol fundamental del cuerpo en la danza.
Es para destacar el trabajo en dirección ya que se percibe con nitidez su honestidad, el valor más preciado que la danza es capaz de manifestar, pues una danza honesta siempre cumple su objetivo: atravesar al espectador en sus emociones y en su piel con el fin de que descubra, en su propio cuerpo, el potencial que durante milenios, un funcionamiento social en claro y evidente agotamiento, pretendió ocultar.
En Kabalah se habla de la revelación de luz que sucede al experimentar una situación en apariencia, oscura. En este sentido, Agonías del Ser nos invita de manera efectiva, a recordar experiencias personales, conmovedoras, seguramente dolorosas y por eso mismo, necesarias. Indagar en ellas para trascenderlas y encontrarnos un día redimidos en la luz, es la belleza de esta propuesta que nos recuerda, en el momento histórico justo, el para qué de nuestra danza.
"Quien tenga ojos para ver, que vea. Quien tenga oídos para oir, que oiga" Mateo 13:9
AGONÍAS DEL SER
Idea y dirección general: Romina Nuñez
Intérpretes: Daniela Alarcón, Zoraida Cannataro, Victoria Farina, Carmen Narvaez, Agustina Paez, Facundo Ruiz, Luz Soto y Romina Nuñez
Música original: Javier Verjano
Texto y asistencia artística: Luz Soto
Asistencia contenido sonoro: Brenda Nuñez
Diseño de iluminación: Romina Nuñez y Luz Soto
Asistencia técnica: Luciana Suppicich y Alejandro Elizondo
Vestuario: Nicolás Ferreira Santos
Fotografía: Ary Kaplan Nakamura
Diseño gráfico: Juan Pablo Soto
Realizado con el apoyo de Prodanza - Ministerio de Cultura GCBA