Por Angélica Guevara
unaflordeapamate@gmail.com
IG @nausicaa_estaleyendo
Una pluma atraviesa mi garganta
y mis pies se arquean
en la búsqueda de estilizar mi cuerpo.
Quiero bailar
pese a mis manos atadas.
Mi cuerpo puede desgarrarse,
no importa,
en tanto recupero la voz.
Pertenezco a los escritores de la nada,
artistas sin fundamento, ni respaldo.
No existimos en bibliotecas,
lo corporal no puede almacenarse.
Poseo un vago recuerdo
de cuadernillos garabateados
por el inconsciente.
Cada día un ejercicio,
un desdoblamiento
el exponerse al límite de la vida.
Quemar el pasado y los libros.
Despierto:
He perdido el tiempo tras una ilusión.
Mi pasión se desmorona y pierde sentido.
Alguna vez, dancé desesperadamente
para recuperar mi cordura.
El movimiento no pudo contenerme.
La música
y la DANZA
son fluctuantes
libres.
Del baile, quisiera extraer la fluidez
para que las palabras no se pierdan y no sean estatuas.
Soy una escritora de la nada
mi camino se extravía
por lo incesante.
Se avecinaba un cambio de era,
un cataclismo aparente
entre lo que puede escribirse
más el deseo irreprimible del cuerpo.