ESPIRITUALIDAD ORGÁNICA: PULSAR CON EL UNIVERSO

Por Pamela Guzzo De Sanzzi

pamelaguzzo@gmail.com

IG @integracion_consciente



En cada respiración se condensa el pulso de las vidas y muertes que atravesamos, y quizás sea esa compañía perseverante, la que habilita la danza que nos acerca al mismísimo pulso vital de la creación que, a la vez, nos va preparando para nuestro propio dejar de existir.



Arte: ©Lu Cong



“Cada inspiración es una expansión; cada expiración una contracción… Como el pulso mismo del universo” Martha Graham



Abrimos el portal hacia esta existencia con una inhalación, traspasamos hacia otro plano soltándonos en una última exhalación. Ambos pasajes, los que delimitan el tiempo que nos es dado, los realizamos de la mano de nuestra respiración. El acto de respirar, un suceso que marca el ritmo de cada instante de nuestra vida, que se acelera o ralentiza al compás de nuestras vivencias más vitales y nuestras pérdidas más sentidas, es el partenaire con el que danzamos la experiencia de vivir. La respiración como el acontecer constante del acompasar vital que, forzosamente, también nos conecta con la muerte. 


Como casi todo lo que tiene que ver con lo orgánico, la respiración también posee sus particularidades. Quizás, una de las más evidentes es que el inhalar y exhalar son actos que pueden llevarse a cabo sin que prestemos ninguna o poca atención y, sin embargo, nos ha sido dada la capacidad de intervenir con nuestra intención el gesto respiratorio. Podemos imprimir una velocidad más lenta o más rápida, extender la inhalación o la exhalación y viceversa, también que acompañe nuestros movimientos o, por el contrario, que nuestros movimientos sigan la regularidad de su pulso. 


La mayoría de las tradiciones orientales reconocen en la respiración un agente de cambio y puente entre lo corpóreo y lo espiritual (1). Según la medicina china, el aire que nos rodea es una fuente de energía a disposición y, a través de la respiración, tomamos qi, la fuerza vital universal. Pero no sólo eso, en el mismo pulso de la respiración encontramos uno de los principios básico de la visión oriental: el yin y el yang. El yin y el yang son opuestos complementarios que se alternan continuamente uno en otro en una armonía constante, “dos aspectos del flujo continuo de la creación: el ascenso y la caída, el crecimiento y el declive, el calentamiento y el enfriamiento, el comienzo y el final, movimientos que se expanden y se contraen, y que impregnan toda la vida y la naturaleza (2).”


Según esta visión, la energía de los pulmones está asociada con el elemento Metal y con las emociones de la tristeza y la nostalgia, pero también con el coraje. Cuando estas emociones aparecen, nuestra respiración se vuelve más corta; es decir, hay una suerte de contracción de nuestro mundo porque estamos ante un proceso natural de duelo. En ese momento, nos rendimos ante lo que no podemos cambiar, lo que amábamos y hemos perdido, y eso nos llena de dolor.


Exhalando dejamos ir, vamos desatando los nudos que nos mantienen en contracción hacia adentro y, a medida que la tristeza hace su trabajo, vamos pasando de la tensión innecesaria al tono de relajación. Entonces, al inhalar, poco a poco abrazamos la vitalidad, la expansión y la apertura a un nuevo comienzo, ya no seremos las mismas personas. Sin embargo, para traspasar el umbral que separa la contracción y la expansión, nuestro espíritu precisa de esa otra energía fundamental asociada a los pulmones y el elemento Metal: el Coraje (3)


En algunas tradiciones de qigong, se asocia la energía del elemento Metal a la del tigre o la tigresa como símbolo de fortaleza y dignidad: el felino, que en solitario se lame sus heridas y ante la adversidad, cae siempre de pie. Otras corrientes asocian esta energía con la de la serpiente, símbolo de un espíritu feroz y agudo capaz de encauzar las emociones para aprovechar al máximo la energía vital. En cualquier caso, son animales que nos recuerdan la fuerza del coraje y la dignidad.


Gracias al coraje se atraviesan pérdidas innombrables y dolores insondables porque es el mismo pulso del universo que sostiene este ciclo de vida-muerte-vida, de expansión-contracción-expansión. Al enlazar nuestros mundos, la respiración conecta a quien danza con su propia cosmovisión y espiritualidad y, así, el espíritu danzante encarnado en la materialidad física, se erige, al mismo tiempo, en creador, creación e intérprete que revela y trae al plano terrenal lo inefable del cosmos que nos habita en lo cotidiano. 


Al inhalar y exhalar, es nuestro universo interno el que se contrae y expande y, en esa experiencia personal e íntima, nos vinculamos con el pulso del universo entero. Danzar es un intento de expresar el cielo en un pedacito de tierra, por un ratito, a nuestro modo… Danzar es exponer la contracción y expansión del todo a través de la maravilla que es nuestro organismo: vivo, orgánico y pulsante. Es conectar con la inmensidad de la creación de la naturaleza a través de nuestra propia sangre, huesos y entrañas porque la inmensidad del cosmos y la profundidad de los mares están hechas del mismo material, y viceversa. 


Danzar invita a revelar lo universal que nos une como humanos, lo que nos vincula con el gran arriba y el gran abajo, con la oscuridad del profundo cielo y la profunda tierra, con lo luminoso de las estrellas y del magma que late en el centro de la tierra. Danzar la paradoja de encarnar todo eso y la nada, de ser el mismísimo universo pero también, ser otra cosa. 




Notas al pie


1.Hoy en día, gracias a las influencias de tradiciones antiguas y ancestrales, también se ha comenzado a dar valor a la respiración como central parala salud y el autoconocimiento.

2.Livia Kohn, Chinese Healing exercises, University of Hawai‘i Press (2008), p. 4

3.El coraje es la virtud asociada con el espíritu del elemento Metal, el Po, también llamado Alma corpórea.



Referencias


  • Kohn, Livia. Chinese healing exercises, University of Hawai‘i Press (2008)

  • Kuo- Deemer, Mimi.Qigong and the Tai Chi Axis, Orion Spring (2018)

  • Sampayo, Sonia. Estiramientos y conciencia corporal para el movimiento. Ed. Edaf (2008)

  • Ruiz, Don José. Animales chamánicos de poder. Ed. Urano (2022)

  • Su Wen, Pirmera parte. Ed Dilema (2003)