DIARIO DE UNA BAILARINA

Por Flavia Basilico

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Ph ©Aileen Allen


#1

Empieza el día, siento mi cuerpo, los huesos, cada músculo, la piel. Algunos lugares me tiran, otros están súper blandos. Al fin se me fue la contractura que estaba debajo del omóplato izquierdo. Siento el cuerpo, cada centímetro, qué hermoso es poder sentirme así. Sentirme a mí misma, sentirme viva. 


#2

Después de haber sentido el cuerpo, mi mente arranca; tengo muchas ideas sobre cómo mejorar esa coreografía. 


#36

Hoy vuelvo a bailar después de la lesión, estoy emocionada, nerviosa, tengo miedo pero la felicidad se lleva el primer premio y arrasa con todas las dudas.


#40

Miro mis piernas, tal vez algún raspón o moretón después de la función. Por suerte, esta vez, sólo uno. La danza contemporánea me suele sorprender con moretones en lugares impensados.


#33

Enciendo la pava eléctrica. Muevo la cabeza, siento el cuello estirarse, abro la ventana, una bocanada de aire. Es perfecto. Todos los días que tengo función son perfectos.


#20

En una mano la taza de café y en la otra mi lapicera. Dejo asentado lo que quiero lograr en esta función particular. Los puntos débiles los escribo para que no me asusten; los fuertes, ya los conozco: no fallan.


#12

Hoy llegué a la clase de ballet, estaba muy cansada; sin embargo, empezó el grand plié y mi cuerpo me recordó qué estaba haciendo allí. Hubo un cambio energético. Mi port de bras estaba lleno de alegría. 


#20

Ya estoy más despierta. Quiero hacer un repaso de todo en mi mente, moviéndome suavemente. Primero me siento a meditar un ratito y después sigo. Necesito mente, cuerpo y espíritu alineados. Es complejo, pero no imposible. 


#7

Semi dormida todavía, abro la ducha. Bajo el agua tibia repaso un movimiento, mitad con la mente mitad con el cuerpo, esta vez me tiene que salir.

 

#100

Me enternece cada niña por la calle con su rodetito y bolsito de ballet; están emprendiendo un recorrido increíble, pero aún más me inspiran compañeras más grandes bailando a sus cincuentas, sesentas y más: "¿Cómo hicieron?", les pregunto; "la danza", me contestan. 


#54

Estoy eligiendo textos que me ayuden a componer. Hoy leí a Jean-Luc Nancy:


El cuerpo puede volverse hablante, pensante, sonante, imaginante. Todo el tiempo siente algo. Siente todo lo que es corporal. Siente las pieles y las piedras, los metales, las hierbas, las aguas y las llamas. No para de sentir.


#8

Todo se cuenta en ochos. ¿Todo se cuenta en ochos? Sí.


#13

Hoy toca día de limpieza: música fuerte, escoba en mano y a bailar.


#15

Creo que nunca tuve talento natural. Me esforcé cada día y la pasión por el movimiento me hizo crecer. Nunca me imaginé llegando hasta acá


#87

Terminó la función y salí al escenario a saludar. Mis amigos y familia parados aplaudiendo, se me caen lágrimas de emoción. Soy feliz como pocas veces en la vida.


#52

Estoy peleada con la danza. Con frecuencia discutimos, pero siempre la vuelvo a elegir.  


#120

Me pregunto frecuentemente sobre el futuro y la danza, el destino. Crecer y la danza. Envejecer y bailar para siempre como meta en la vida.


#46

Hay una idea que persiste en mi cabeza. Hay unos movimientos que no paran de aparecer, casi que los veo en todos lados. Los árboles me recuerdan a una danza. Todas las palabras que escucho están en sincronía con algo que no puedo comprender bien aún. Tengo algo que destrabar. Es hora de componer.


#0

La gente parece no creerlo, pero yo sólo quiero bailar. Sé que no soy la única.