Por Pamela Guzzo De Sanzzi
pamelaguzzo@gmail.com
IG @integracion_consciente
Un descuido abismal
y su espíritu se abre.
Se deja atravesar por el deseo
cual dulce daga que guía los designios de su destino.
El halo del mundo natural la penetra.
La Tigresa albina brilla
se acurruca y menea su coraje
con ternura y dignidad.
El Ave despliega sus alas
y el espíritu se vuelve mil estrellas
Bajo el velo lunar
despojo, espacio y vacío.
El Agua canta su nana;
sin temor, emprende el eterno viaje hacia el gran abajo.
El buen augurio de la Dragona
se hace regalo.
Benevolente y majestuosa
exhala nubes y vapor.
El Fuego impele y transmuta los diez mil males;
la Tierra flota, embriagada,
en las mieles de su propio derroche.
Y en el sempiterno silencio
la inspiración danza, se hace pulso y latido.
Allí, el tiempo cae y yo me abro.