Por Ana González Vañek
IG @danzaycomunicacion
Fuente - Pinterest
"Sé amable con tu cuerpo para que tu alma tenga ganas de habitar en él"
Teresa de Ávila
El sendero de sincronías que es mi vida, me llevó a conocer de cerca a personas que atravesaron enfermedades graves. A raiz de mi interés en la sanación, y siendo coherente con este llamado, investigué el origen de las mismas desde una perspectiva espiritual.
Se atribuye su causa a un profundo conflicto emocional, causado por distorsiones perceptuales en todas las áreas de interpretación individual, que dan como resultado la pérdida de fragmentos del alma y, en consecuencia, la ruptura del lazo que une el espíritu con la fisicalidad de la materia, indispensable para que la infinita sabiduría del mismo obre y se manifieste, a través de la corporalidad.
Estas distorsiones nacen del desconocimiento colectivo (fruto del control social) de nuestra verdadera esencia (espiritual), que ha generado un lenguaje acotado, limitado y reproductor de las mismas: el lenguaje verbal actual, que organiza el sistema de pensamiento intelectual.
Quizás sea por este motivo, que hace años decidí (intuí) dejar de usar algunas palabras, entre las cuales se encuentran los nombres de supuestas enfermedades incurables (creer es crear), así como también, aquellos eventos sociales que no tengo ningún interés en reproducir.
Cuando comprendemos el poder de nuestros pensamientos, que brotan de las palabras que lógicamente encarnamos (y viceversa), entendemos la importancia de obrar en coherencia con nuestra esencia, que es Amor y es Luz, pues somos cocreadores de "nuestra" realidad: como es adentro, es afuera.
De aquí, la importancia de ser amables con nuestro cuerpo, el templo del espíritu, a través de lenguajes que nos dignifiquen y eleven, reflejando en ellos la pureza del SER. Isadora Duncan expresaba algo parecido, al decir que el cuerpo de una bailarina debería ser la manifestación luminosa de su alma.
La danza es el arte sanador y redentor por excelencia, sólo si obramos en compromiso con nuestra evolución espiritual, y tenemos la responsabilidad, como artistas, de aceptar que lo es, para recordar(nos) en los demás, lo único que hemos venido a cocrear y compartir: el AMOR que somos.
Se atribuye su causa a un profundo conflicto emocional, causado por distorsiones perceptuales en todas las áreas de interpretación individual, que dan como resultado la pérdida de fragmentos del alma y, en consecuencia, la ruptura del lazo que une el espíritu con la fisicalidad de la materia, indispensable para que la infinita sabiduría del mismo obre y se manifieste, a través de la corporalidad.
Estas distorsiones nacen del desconocimiento colectivo (fruto del control social) de nuestra verdadera esencia (espiritual), que ha generado un lenguaje acotado, limitado y reproductor de las mismas: el lenguaje verbal actual, que organiza el sistema de pensamiento intelectual.
Quizás sea por este motivo, que hace años decidí (intuí) dejar de usar algunas palabras, entre las cuales se encuentran los nombres de supuestas enfermedades incurables (creer es crear), así como también, aquellos eventos sociales que no tengo ningún interés en reproducir.
Cuando comprendemos el poder de nuestros pensamientos, que brotan de las palabras que lógicamente encarnamos (y viceversa), entendemos la importancia de obrar en coherencia con nuestra esencia, que es Amor y es Luz, pues somos cocreadores de "nuestra" realidad: como es adentro, es afuera.
De aquí, la importancia de ser amables con nuestro cuerpo, el templo del espíritu, a través de lenguajes que nos dignifiquen y eleven, reflejando en ellos la pureza del SER. Isadora Duncan expresaba algo parecido, al decir que el cuerpo de una bailarina debería ser la manifestación luminosa de su alma.
La danza es el arte sanador y redentor por excelencia, sólo si obramos en compromiso con nuestra evolución espiritual, y tenemos la responsabilidad, como artistas, de aceptar que lo es, para recordar(nos) en los demás, lo único que hemos venido a cocrear y compartir: el AMOR que somos.
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Ana González Vañek es Licenciada en Comunicación Social, Periodista Cultural, Maestra de Reiki, Terapeuta Holística y Practicante de Kabalah. Visita AQUÍ su biografía y amplia trayectoria.