EL ALMA DE LA BAILARINA

Por Khalil Gibran


Fuente: Pinterest


Un día, la Corte del Sultán invitó a una bailarina. 

Llegó acompañada de sus músicos y la presentaron en la Corte.

Bailó ante el príncipe al sonido del laúd, del nay (flauta) y del qanoun (cítara).
Bailó la danza del fuego y de las espadas.
Bailó la danza de las estrellas y del Universo.
Y luego, bailó la danza de la seducción y del encantamiento.
El príncipe, fascinado, le pidió que se acercara. 
Ella se dirigió entonces hacia el trono y se inclinó ante él.
«Bella mujer, hija de la gracia y de la alegría, ¿de dónde viene tu arte? 
¿Cómo puedes controlar el aire y la tierra con tus pasos, el agua y el fuego con tu cadencia?»
La bailarina se inclinó de nuevo ante el príncipe, y le dijo:
«No sabría contestaros a eso, Alteza, pero sí sé que:
El alma del filósofo se encuentra en su cabeza
El alma del poeta vuela en su corazón
El alma del cantante vibra en su garganta
Pero el alma de la bailarina vive en todo su cuerpo»

Khalil Gibran (1883 – 1931), poeta y pintor libanés.