DANZA & COMUNICACIÓN
PREMIOS TEATRO DEL MUNDO
EL SILENCIO A TRAVÉS DEL CUERPO
Por Patricia Rojas Pérez
IG @darlevozalcuerpo
¿Qué es el silencio? ¿Qué lo compone? Las respuestas parecieran ser múltiples y subjetivas a la vez, pero sin dudas, cualquiera de ellas satisface una necesidad individual o colectiva.
Cuando hablamos del silencio en el cuerpo, nos referimos a aquellas situaciones y memorias de nuestra historia que parecieran estar suspendidas en el vacío, pero que cuentan con el respaldo de un sistema que avala la minimización de su dolor.
Llevar el dolor en silencio, haciendo que pase desapercibido, pareciera ser un mandato que, como seres humanos, no nos cuestionamos hasta que la voz de nuestro cuerpo se hace presente y nos recuerda que está ahí, esperando ser reconocida y aceptada.
Si desde que nacemos, la conexión con nuestro cuerpo es natural, porque de ella depende nuestra supervivencia, ¿cuándo aprendimos a silenciarla? Las diferentes circunstancias a las que nos vemos expuestas, así como también las expectativas del entorno acerca de cómo debemos ser y comportarnos para encajar en los diferentes sistemas, van impactando en el cuerpo y, a medida que vamos creciendo, perdemos la capacidad de descifrar sus códigos y tiempos en favor de las necesidades que nuestro entorno presenta.
Así, fuimos disminuyendo el volumen de nuestra propia voz, llevándonos a dudar del poder que tiene reconocer y expresar nuestras necesidades para que sean escuchadas, reconocidas, validadas y atendidas.
Esta herida, que pareciera ser sólo individual, se sustenta en lo colectivo, en un sistema que silencia la voz de nuestras necesidades, disfrazándolo de fuerza de voluntad y valentía como componentes principales del éxito en nuestros procesos.
Pero, ¿qué pasa entonces, cuando el cuerpo ya no puede sostener lo silenciado? Busca un camino para hacerse presente (síntoma, crisis, enfermedad) y obtener una respuesta, ante el requerimiento de ser sentido y escuchado.
Cuando el cuerpo se expresa nos genera incomodidad, principalmente, porque no comprendemos su lenguaje ni sabemos interpretarlo. La desconexión que se generó en algún momento de nuestra historia nos limita su entendimiento, y pareciera que su voz es ajena, no reconociéndola como propia en primera instancia.
Volver a confiar en su sabiduría es un proceso que implica encontrar un espacio seguro para expresar las memorias de silencio y transformarlas en una voz empoderante, que acompaña y reconoce sus necesidades.
Actualmente, se habla de manera reiterada de la importancia que tiene volver a confiar en el cuerpo y del impacto que esto presenta en nuestra calidad de vida y bienestar, haciéndolo sentir como una responsabilidad individual que se suma a la lista de pendientes, omitiendo el contexto en el que nos desarrollamos y las diferencias que existen en torno a él, viéndose nuevamente silenciada nuestra voz.
Posicionarnos como seres integrales que se desarrollan en un espacio colectivo, nos permite ampliar la perspectiva y comprender que nuestros procesos están influenciados por el entorno en el que nos desenvolvemos, por tanto, la responsabilidad en ellos es compartida, disminuyéndose la carga que nos enseñaron a llevar en silencio.
Reconocer el origen de nuestras memorias de silencio, nos permite identificar la influencia que éstas han presentado en la manera en que nos posicionamos en el mundo y cómo aquello que aprendimos e interiorizamos como una verdad se manifiesta y expande en nuestro presente, limitando nuestra propia voz.
Escuchar nuestros silencios, identificar y observar el lugar que ocupan en nuestro cuerpo, así como también la manera en que éstos han impacto en nuestras historias, es un proceso que merece ser respetado, para que, de manera amorosa y compasiva, podamos transitar los diferentes fragmentos que forman parte de él.
Bajo esta premisa, la danzaterapia se constituye como un espacio donde el cuerpo vuelve a ser protagonista para ser sentido y escuchado, devolviéndole la capacidad de relatarnos las huellas de nuestras memorias.
Habitar el cuerpo se vuelve una semilla de cambio y una deconstrucción de nuestras propias creencias, para volver a encontrarnos con aquello que nos enseñaron a llevar en silencio. y así darle a esa memoria una nueva voz.
La danza como terapia nos otorga la posibilidad de volver a confiar en lo que el cuerpo nos relata, siendo esto un proceso que nos permite acomodarnos a su ritmo, su energía y sus tiempos, devolviéndonos la capacidad de expresión y reconocimiento de nuestras necesidades.
La voz de nuestro cuerpo nos permite observar y darle espacio a nuestra sensibilidad, pudiendo reconocer lo que refleja y siente como una verdad que nos entrega un mapa de ruta para comprender sus respuestas ante diferentes estímulos y situaciones.
Cuando el cuerpo encuentra un lugar donde se siente seguro y protegido, las memorias de silencio se vuelven susurros. y éstos se transforman en voz para ser sentidas y escuchadas, y así darles un nuevo espacio en nuestra historia.
La danza se vuelve, entonces, un espacio para la integración del ser, que contribuye a descifrar las señales del cuerpo y comprender su lenguaje, manifestándose en un canal de expresión de nuestro mundo interno a través de su propio movimiento.
RECONCILIARNOS CON NUESTRA HISTORIA
Por Patricia Rojas Pérez
IG @darlevozalcuerpo
Si nuestra vida fuera danza ¿Qué color tendría? ¿Cómo sería su aroma? ¿Qué sensaciones despertaría? ¿Cómo sería su ritmo? ¿Qué movimientos nos gustaría realizar? ¿Cuáles de ellos no nos acomodarían más? ¿Cómo sería su melodía? ¿Cómo sería su sabor?
Vivimos en una sociedad que nos ha inculcado desde nuestra infancia a medir el éxito en base al cumplimiento de metas y a la obtención de reconocimiento en base a ellas, sesgando nuestra mirada hacia lo lineal e incorporándonos un ritmo similar a una carrera, que tiene como consecuencia la limitación de nuestra perspectiva.
Lo lineal se vuelve abrumador; el ritmo acelerado de la vida pareciera aumentar cada vez más su velocidad, cobrando protagonismo el hacer y quedando en un rol secundario el ser.
Atrevernos a explorar el ser, se vuelve un desafío y un terreno desconocido, que genera temor en muchas ocasiones. No nos enseñan a observar e indagar nuestro mundo interior como una herramienta de autoconocimiento, sino más bien a accionar cuando la señal de alarma del cuerpo nos pide evacuar.
Vivimos el presente, anhelando un futuro distinto; uno donde seamos libres y estemos bien, pero ¿A qué asociamos estos conceptos? La respuesta es subjetiva y representa el mundo individual de cada persona, incluyendo aquellas fragmentaciones de las que no nos gusta o nos es difícil hablar; un mundo individual que es impactado por un contexto social, el cual también es parte importante de la representación de nuestra historia de vida.
La danzaterapia nos da la posibilidad de acceder a nuestra historia y dar voz a muchos de aquellos fragmentos que están encapsulados en el cuerpo, deseando encontrar un nuevo cauce; o bien, a aquellos que, de manera racional, ya son parte del pasado.
En este sentido, la libertad de movimiento se vuelve una aliada importante para acceder de manera respetuosa a ellos: es el cuerpo quien irá trazando un mapa de ruta para acceder a su memoria. Esta memoria se expresa a través de movimientos, posturas y sensaciones, permitiéndonos recordar experiencias, emociones y sentimientos que, por años, habían estado reprimidos.
De manera paulatina vamos permitiendo al cuerpo, no sólo recordar estos eventos sino también activar y reconocer aquellos recursos que han sido parte importante dentro de nuestra historia y que hoy merecen tener otro lugar.
Reconciliarnos con nuestra historia, es permitirnos, a través el movimiento, darle voz, actuando éste como un puente para explorar nuestras vivencias.
Las formas en que nos movemos son personales y se adaptan a las necesidades de cada persona, promoviendo, de esta manera, la autoexploración.
Acceder al diálogo en nuestro cuerpo, evoca recuerdos, sensaciones y emociones que buscan una nueva representación. Cada movimiento se transforma en una guía que nos permite otorgar a aquellas experiencias nuevos significados, a partir de la exploración de nuestra propia narrativa.
La danza, entonces, se transforma en una herramienta que permite narrar nuestra historia, otorgándole voz y significado, así como también nos otorga una mayor comprensión de ella, ampliando el mapa de rutas hacia nosotras mismas y devolviendo al cuerpo, de manera paulatina y amorosa, la capacidad de confiar y sentir seguridad: todo esto, reconfigurando nuestras narrativas internas, fortaleciendo nuestros recursos y dándonos la posibilidad de otorgarle al cuerpo, una nueva historia.
DANZAPERIODISMO
LA EMPATÍA ES EL PUENTE PARA NUESTRA DANZA
Por Ana González Vañek
"Amarás a tu prójimo como a ti mismo"
Empatía: capacidad de ponerse en el lugar del otro y percibir lo que siente.
He aquí una definición clara y exacta de uno de los valores que creemos más necesarios en la danza. ¿Cómo podríamos construir un vínculo comunicacional con nuestro público sin la capacidad de ponernos en su lugar?
La empatía es un aspecto fundamental en el desarrollo de las relaciones humanas ya que brinda confianza, solidez e intimidad a toda forma de vínculo.
Si el arte de la danza tiene la capacidad de acceder a los registros emocionales más profundos del espectador, en un espacio-tiempo efímero y eterno donde todo es posible, es fundamental que reflexionemos al respecto de una habilidad emocional cuya inexistencia no sólo se hace evidente cuando el artista de danza se enfoca en mostrar(se) más que en comunicar(se), sino que limita los alcances infinitos de nuestro arte.
Si hablamos de empatía, es necesario hacer referencia al campo de la inteligencia emocional: el sistema en el que se engloban todas las habilidades relacionadas con la comunicación entre el individuo y los sentimientos (ya sean propios o ajenos). La misma está compuesta por cinco destrezas: autoconsciencia (comprender el origen de los sentimientos), control emocional (aprender a canalizar positivamente las emociones), motivación (encontrar razones para la superación y tener la capacidad de motivar a otros), manejo de las relaciones (relacionarse sanamente, respetando a los otros y haciéndose respetar).
La empatía es la quinta habilidad, y es la que nos permite percibir los sentimientos de los demás. No es un don, todos podemos desarrollarla si lo deseamos, y para esto, es necesario tener el deseo y la intención de captar la vida del otro desde su perspectiva, y no desde nuestros ojos.
Si bien no podemos conocer los pensamientos y expectativas del público, y mucho menos su repertorio emocional, sí podemos percibir su energía y, en este sentido, cocrear junto a él, favoreciendo la accesibilidad de nuestro lenguaje, muy especialmente, cuando se trata de espectadores no especializados en danza. El hermetismo y la endogamia que el mismo conlleva, característicos de ciertos sectores del campo de la danza, son frutos, quizás, de la falta de empatía.
Para que la empatía exista, es esencial sentir amor por los demás, el cual siempre será un reflejo y extensión de nuestro amor propio. En consecuencia, estar disponibles para recibir el lenguaje silencioso del público, nos coloca en una posición de apertura y permeabilidad que intensifica la llegada de nuestras intenciones en movimiento.
Confiemos, primero, en la infinita sabiduría que reside en nuestra propia danza; y entonces, obremos.
LA COMPASIÓN A TRAVÉS DE LA DANZA
Por Patricia Rojas Pérez
IG @darlevozalcuerpo
TALLER SABIA PRESENCIA
DIRIGIDO A
DESCRIPCIÓN Y METODOLOGÍA
Hace tiempo que veníamos pensando en abrir un espacio destinado a acompañar, favorecer y profundizar el desarrollo de todos los procesos creativos que, tanto en la danza como en otras artes, integren la sabiduría del cuerpo y sus infinitas posibilidades discursivas.
•Online
-2 encuentros virtuales (1 hora) por Google Meet + 2 módulos en PDF vía mail
Encuentros virtuales:
El primer encuentro está destinado a conocer tu propuesta, con el objetivo de guiarte para que puedas abordarla profundamente desde un enfoque corporal, a la luz del material que te enviaremos por correo. El segundo encuentro (3 semanas después), está destinado a reflexionar sobre tu experiencia durante el proceso creativo, en función del material recibido, los interrogantes propuestos durante el primer encuentro, y los fundamentos concretos de este taller. Ambos encuentros personalizados, se desarrollan en días y horarios a convenir, a través de la plataforma Google Meet, en un espacio de cálido intercambio que privilegia la sensibilidad y la empatía por sobre todas las cosas. Por este motivo, elegimos trabajar en sesiones individuales, privadas, confiables y sin grabaciones de por medio.
Módulos en PDF:
Se envían una vez confirmada la inscripción al taller y se recomienda leer los materiales después del primer encuentro virtual.
Contenidos de los módulos en PDF:
-Bibliografía especializada en Arte y Corporalidad, destinada a favorecer la comprensión del vínculo entre creación artística y práctica social
-Materiales especializados en Danza y Artes del Movimiento, destinados a profundizar el entendimiento de la riqueza significante que reside en las prácticas escénicas corporales
-Bibliografía especializada en el legado de Isadora Duncan, destinada a conocer y reconocer los atributos de la belleza como aspecto inherente a toda creación
-Bibliografía especializada en el legado de Pina Bausch, destinada a conocer y reconocer el rol de las emociones individuales como aspecto fundamental de todo proceso creativo
-Anexo: entrevistas a profesionales de las Artes del Movimiento (artistas e investigadores), destinadas a profundizar la comprensión perceptual del propio proceso creativo y los posibles alcances del mismo
-Cuadernos de trabajo con interrogantes que invitan a la reflexión durante las 3 semanas del proceso. No será necesario compartirlo en el segudo encuentro virtual, a menos quedesees hacerlo, lo cual recomendamos para que nuestra devolución sea coherente con tus anhelos
-Asistencia personalizada y 100% gratuita vía WhatsApp, cuando así lo requieras
Una vez realizado tu pago, envíanos el comprobante por WhatsApp, indicando tu nombre, apellido y mail donde recibirás el material: (+549) 113 687 3237