Por Ana González Vañek
Quienes bailamos sabemos que el tiempo lineal no existe.
En un sistema que promueve la alienación del ser humano, lo normal es creer que los años empiezan y terminan un día específico.
Esto sirve, únicamente, a modo de organización funcional a dicho engranaje, pero no debemos, bajo ninguna circunstancia, supeditar nuestra experiencia del mundo a ello.
Quienes bailamos hemos desarrollado una consciencia del tiempo más cercana a la circularidad y a la infinita inmensidad de lo eterno. Es decir, más cercana a lo que es realmente verdadero. No hay otras palabras para describirlo, y también lo sabemos.
Entonces, si comprendemos el mundo de otra manera, no esperemos caminos comunes ni nos esforcemos en adaptarnos a lo que no es cierto.
Que sepas siempre cómo afianzarte en tu sabiduría interna para estar presente en tu propio centro. Y así, simplemente, continuar danzando en el sendero de tu evolución que es y será por siempre, hacia lo alto y hacia lo eterno.