Por Melissa Scarlett Fuentes Astete
IG @satori_moment
La película de Pina es una genialidad.
Pasiones, temores, penas, alegrías, esperanza, entre otras sensaciones, son las que se dejan ver a través de los trabajos de Pina.
Los bailarines y bailarinas, estaban muy conectados con sus movimientos; ninguno iba porque sí, por lo que se demuestra la intención con que lo hacían.
Pina siempre se mantenía al margen de sus obras, le gustaba mucho experimentar y hacer que todo su elenco pudiese ahondarse -tanto individual como colectivamente- hacia sus adentros, y crear desde la vulnerabilidad y la esencia.
Ella era una artista de la danza: era muy sensible, y dejaba verlo en sus creaciones.
Decía que el cuerpo posee memoria, que cada trozo de nosotros está hecho de nuestras experiencias, que esas experiencias guardan emociones y sentimientos, y que cada uno de nosotros tiene el poder de expresarlas libremente, a través del movimiento.
Los temas que cada creación nos presentaba, estaban hechos de mucha intensidad y pasión. La repetición de movimientos y la precisión, hacen que uno viaje a esos lugares, y pueda sentir.
Ella nos envuelve en cada obra, pues nos presenta la realidad de una forma muy expuesta, pero al mismo tiempo, muy sencilla, bella, con mucha sutilidad.
Las emociones son bastante complejas en sociedad, existe mucho prejuicio y crítica al respecto, pues no todos tenemos las mismas sensibilidades, o empatía.
Exponer desde el mundo emocional y vulnerable de la sociedad y del individuo, es un trabajo bastante arduo, ya que hay que quitarse muchos tapujos, se debe abrir y confiar en el grupo que se consolida, dejando de lado las diferencias, y estar dispuestos a ampliar el mundo interno.
La película de Wim Wenders es muy profunda; expone todo lo que movilizaba a Pina, ya que sus colaboradores nos cuentan cómo ella se desenvolvía y los hacía autoobservarse, para poder buscar la incomodidad primero.
Les invitaba siempre a buscar desde lo íntimo de cada uno, con mucha honestidad, a confiar en ellos mismos y en ella. Los errores y las certezas, todo era parte de un encuentro para disfrutar de bailar, y bailar por amor.
Al comunicar algo a través del movimiento, de la danza, el ser humano deja ver su esencia, sus procesos, su transformación, las corporalidades que hacen único a cada uno de nosotros, la libertad con la que expresamos a través de una búsqueda propia.